La pandemia del coronavirus ha derrumbado a la mayoría, otros han aprovechado para hacer más y nuevos negocios. Veamos quienes se enriquecen

La pandemia del coronavirus se ha convertido en un gran negocio para no pocos en el mundo. Empresas de delivery, Netflix, así como grandes y pequeños laboratorios, grupos hospitalarios y clínicas privadas han visto aumentar notablemente sus volúmenes de negocios.

Actualizado el 04 de Febrero de 2021

La salud, un negocio en España durante crisis pandémica

Una tercera ola de la pandemia de coronavirus amenaza a España dejándolos al borde del colapso hospitalario. Se tiene una incidencia acumulada de 846 casos cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El país está llegando a niveles récord de ocupación hospitalaria, evidenciando que, el recurso a la sanidad privada está dejando de ser una hipótesis.

La capacidad asistencial del sistema público español se encuentra al borde del límite, a punto de generar una enorme crisis sanitaria. Los pacientes por coronavirus ya ocupan el 24,18% de todas las camas hospitalarias y el 44,58% de las de cuidados intensivos (UCI). Aunque, algunas de las regiones superan enormemente la media. Como lo es el caso de La Rioja, teniendo enfermos que ocupan el 72,41% de la capacidad de sus UCI; Melilla, 70,59 %; Comunidad Valenciana, 61,73 %; o Castilla – La Mancha, 56,48 %.

Cataluña fue una de las primeras regiones en verse afectadas durante el brote de esta tercera oleada. Mientras que, otras Nueve Comunidades Autónomas recurren ya a derivar pacientes a la sanidad privada. Mientras que País Vasco, Castilla y León y Aragón utilizan esos recursos para derivar a pacientes no infectados de SARS-CoV-2.

Aunque el problema no acaba aquí, desde la sanidad privada se pide coordinación entre las diferentes regiones para que no se den situaciones como las vistas durante la primera ola. Más que infraestructura, los expertos en el área médica exigen calidad de gestión ante la crisis.

Vacunas en el mercado negro

La pandemia del coronavirus ha cobrado la vida de más de 2.15 millones de personas en todo el mundo. Los daños a los sistemas de salud y, en especial, a la economía han sido muy fuertes. La inmensa mayoría de los países ha tenido notables descensos del PIB. No obstante, en este complejísimo escenario, algunos han logrado aumentar sus ingresos, porque, para ellos, la pandemia ha sido un muy buen negocio.

Las principales empresas farmacéuticas del mundo emprendieron una acelerada carrera para conseguir una vacuna contra la Covid-19. Sabían que el mercado sería enorme, tan grande como la inmensa mayoría del planeta. Pfizer, Moderna, consorcios rusos, chinos y hasta Cuba lograron prototipos de vacunas, más o menos efectivos. Decenas de gobiernos contrataron la venta de millones de dosis; pero, al mismo tiempo, tanto control gubernamental disparó las ventas en el mercado negro.

La Interpol y el FBI han advertido, en varias ocasiones, sobre el crecimiento del mercado negro de las vacunas contra la Covid-19. Lo más preocupante del caso es que se trata de dosis falsas de los medicamentos. Estas falsificaciones las venden los grupos mafiosos en la web profunda, muchas veces con pagos a través de criptomonedas.

Pruebas PCR, otra parte del negocio

Las mafias ganan dinero con la pandemia, pero a escondidas y con peligro de prisión. Sin embargo, las empresas que se dedican a comercializar las pruebas PCR y las de antígenos han ganado enormes cantidades de dinero, con el consentimiento y apoyo de los gobiernos.

A día de hoy viajar sin una prueba PCR con resultado negativo para mostrar en aduana es prácticamente imposible. Dos meses atrás, la Organización Mundial del Turismo (OMT) identificó a 126 países que exigían a los viajeros un test PCR. Esta cifra ha continuado creciendo. Por ejemplo, Cuba y Estados Unidos ya comenzaron a exigirlo. La prueba, en términos científicos, puede ser la misma; pero su costo varía de país en país.

En Latinoamérica el país que más cobra por una prueba PCR es uno de los más pobres: El Salvador. El test cuesta allí el equivalente a 160 dólares estadounidenses. En segundo lugar aparece otra nación muy limitada económicamente: Honduras, pues hacerse la prueba tiene un altísimo precio que oscila alrededor de los 120 dólares.

El negocio de la pandemia

El negocio de la pandemia

De 30 a 426 dólares para un PCR

En Costa Rica, el servicio público cobra 89 dólares por un PCR; mientras, en un laboratorio privado el precio es de 99 dólares.

Los tres países centroamericanos con pruebas PCR más económicas son: Panamá (45 dólares en servicio público y 100 en laboratorios privados), Guatemala (de 25 a 30 dólares) y Nicaragua (25 dólares).

Los elevados precios de las pruebas PCR no afectan al bolsillo solo de los latinoamericanos. En España, el test PCR es gratuito, pero solo si lo ha prescrito un médico. En caso contrario, el ciudadano tiene que acudir a un centro privado y abonar entre 115 y 180 euros, de acuerdo con datos de la organización de consumidores OCU.

En otras partes del mundo, las pruebas PCR también son caras.  De acuerdo con un estudio de la empresa de seguros April, los estadounidenses pagaban hasta 188 dólares por una prueba. En el Reino Unido el costo era de 307 dólares y de 426 en Japón.

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El negocio de oro de la pandemia: mascarillas, tampones y PCR

Las empresas en España han acudido en su gran mayoría a laboratorios privados para realizar PCR a sus empleados. Esto también lo han hecho personas particulares, aunque existe una orden ministerial que declara que ninguna clínica podía realizar pruebas sin prescripción facultativa. En la práctica no ha existido tal control y, al inicio de la pandemia, un hospital privado llegó a cobrar hasta 800 euros por una prueba. Esa cifra ha descendido hasta 150 euros, pero sigue siendo alta.

Mientras, en Venezuela, la expansión del coronavirus, la falta de medicamentos y la hiperinflación se han combinado para que un medicamento como el Remdesivir cueste en el mercado negro entre 300 y 1000 dólares. Este antiviral, producido por un laboratorio estadounidense, ha demostrado ser muy efectivo en el tratamiento a los pacientes graves, porque ralentiza la reproducción del Sars-Cov-2. Ante la incapacidad del gobierno de Nicolás Maduro de obtener este y otros medicamentos, los venezolanos tienen que acudir al mercado informal, donde pagan, como ya vimos, precios astronómicos por solo una ampolla del Remdesivir.

No solo las clínicas y hospitales han sacado provecho a la pandemia. Los negocios de delivery han tenido alzas impresionantes en sus volúmenes de venta y en el valor de sus acciones. El ejemplo más claro es el de Amazon. La compañía de Jeff Bezos logró ingresos récords y sus acciones se dispararon en la bolsa. Además, cada segundo los clientes llegaron a gastar 11 000 dólares en compras en Amazon.

El negocio de oro de la pandemia

El negocio de oro de la pandemia

Netflix se ha aprovechado del #quedateencasa

En tiempos donde se ha pedido a la población que se mantenga en casa ha crecido el uso de contenido de entretenimiento. Este ha sido un escenario perfecto para el crecimiento de Netflix. Durante el período de confinamiento, en Italia hubo un aumento del 57% en las nuevas instalaciones de la aplicación. Netflix reconoció que, solo hasta abril, incorporó 16 millones de nuevos clientes.

Otra empresa de streaming que se ha beneficiado de la pandemia es Disney. Su plataforma de contenido Disney+, con menos de un año de existencia, ya cuenta con 55 millones de suscriptores, una cifra que Netflix tardó cinco años en conseguir.

Un negocio que también floreció durante la pandemia fue el de la industria de juguetes sexuales. En 2019 esta industria vendió 27 mil millones de dólares, pero esa cifra podría aumentar hasta en un 20% este año. Con las trabajadoras profesionales impedidas de realizar sus actividades habituales, las personas han recurrido a dispositivos sexuales de alta tecnología para liberar tensiones.