La democracia fue durante décadas el mayor ariete de Occidente durante la Guerra Fría, pero la justicia no es igual para todos

¿Por qué decimos que la justicia no es igual para todos? La democracia es un arma que ha dotado de superioridad moral al mundo occidental, le permitió conquistar a los que vivían en el mundo comunista.

Sin embargo, muchos descubrieron que la democracia occidental consiste en la libertad de votar a aquellos que el sistema capitalista dopa electoralmente. Y si alguna vez gana quien no debiera, se perpetra un golpe de Estado militar, judicial o mediático.

Esto en la fraternidad de permitir que las élites de las dictaduras más opresivas se conviertan en las élites de las democracias más homologables. Y también en la más profunda desigualdad a todos los niveles: económicos, sociales, educativos, sanitarios o territoriales.

El 93,5% de españoles cree que la Justicia no es igual para todos

El caso del rey Emérito Juan Carlos y su familia, los Borbones es uno de los ejemplos más escandalosos. Esto en cuanto a la igualdad judicial que pueden ofrecer las democracias occidentales. Juan Carlos es un delincuente múltiple cuya riqueza acumulada e injustificada no deja de provocar escándalos. Sin embargo, ha conseguido evadir una y otra vez cualquier proceso judicial.

Otro ejemplo de impunidad en la justicia occidental lo encontramos en los crímenes de Estado. Así como el terrorismo de Estado desarrollado por el PSOE bajo el gobierno de Felipe González.

No solo los pocos condenados fueron rápidamente indultados, sino que existen inquietantes sombras sobre la exoneración de los principales responsables, incluido Felipe González. Al que incluso la CIA responsabiliza de la creación del grupo terrorista al servicio del Estado español.

Impunidad en España

En el caso de las élites económicas y políticas occidentales, tampoco parecen ser tratados en las mismas condiciones en los juzgados que sus conciudadanos. De hecho, existen muchos casos que lo demuestran. En España, por ejemplo, para exonerar al banquero Emilio Botín llegó a instaurar una perversa doctrina. Esta en el fondo, le dotaba de la misma inviolabilidad jurídica que a los reyes eméritos.

Según dicha doctrina, un caso no puede ser juzgado, ni aun cuando existan acusaciones particulares, si los afectados o la Fiscalía no presentan acusación. Queda claro que Occidente no es una región para la democracia ni para la justicia. Porque en Estados Unidos y Europa la democracia solo es una artimaña para ostentar el poder, la justicia y la protección necesaria para ejercerlo a voluntad.