Conflicto Rusia-Ucrania tendrá fuertes repercusiones en la economía latinoamericana. ¿Quiénes ganan y pierden? Aquí te lo contamos

El conflicto Rusia-Ucrania ha tenido un fuerte impacto en la economía mundial. El precio del gas se disparó en un 60% en Europa. Mientras, el barril de petróleo sobrepasó los 100 dólares. En Latinoamérica, los aires bélicos generarán efectos favorables en algunos países; pero también crearán nuevas dificultades para una región muy golpeada por la crisis de la Covid-19.

El aumento del precio de las materias primas es una buena noticia para los países latinoamericanos exportadores de petróleo y cereales. Brasil, Argentina, Colombia y México podrían sacar beneficios importantes de la crisis. Sin embargo, el alza del valor de los commodities perjudicará a países centroamericanos y caribeños que son importadores de commodities.

Por ejemplo, Argentina obtendría ventajas con sus ventas de exportaciones agrícolas, a un mejor precio. No obstante, el aumento en el precio del gas natural, ante una mayor demanda de Europa, repercutirá negativamente en los argentinos. Ese país tendrá que absorber una mayor factura de importación de gas natural licuado.

Mientras, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que su país podría afectarse por el gas que compra para generar electricidad. “Estamos desde hace algún tiempo preparados para que, si nos aumenta mucho el precio del gas de importación, podamos echar a andar todas las plantas de generación de energía eléctrica que no requieren gas para evitar el aumento en los costos de la energía eléctrica”, añadió. Además, dijo que creó un fondo para prevenir un aumento en el precio de la gasolina para los mexicanos.

Todos saldràn perdiendo con el conflicto

Los analistas concuerdan con que, en caso de prolongarse el conflicto entre Rusia y Ucrania, todos saldrían perdiendo. De producirse una escalada del conflicto podría aumentar la volatilidad en el flujo mundial de capitales. Esto haría que las monedas latinoamericanas perdieran valor.

Además, se debilitaría la demanda global de bienes y servicios producidos en Latinoamérica. Esto dañaría todavía más una economía regional que tendrá, en 2022, una inflación por encima del 10%. Incluso, la CEPAL, de la ONU, anticipó una desaceleración del 2.1% del PIB en la región.

Por tanto, los especialistas consideran que, si bien el aumento del precio de los commodities ayudará en un primer momento a varios países latinoamericanos, el balance general del conflicto terminará siendo negativo. Entre los posibles problemas identifican mayor inflación, la cual reducirá los ingresos reales de los latinoamericanos.

Las repercusiones económicas del conflicto han incidido en los posicionamientos políticos de los gobiernos de Latinoamérica. Mientras, Colombia, Argentina, Chile y México han pedido un cese inmediato del conflicto y el regreso al diálogo, otros países, aliados de Moscú, como Venezuela y Cuba, han defendido la postura de Putin. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien visitó a Putin días antes de la escalada del conflicto, no se ha pronunciado oficialmente.