Colombia y México son los países más afectados por la criminalidad en América Latina, de acuerdo con el Índice Global de Crimen Organizado

La lista de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional señala el índice de criminalidad en América Latina y el resto del mundo. Este ranking toma en cuenta 5.000 indicadores y evalúa la situación de criminalidad de 193 naciones, en una escala de 1 a 10.

El país con más crimen organizado es la República Democrática del Congo. Esta nación africana ha sido muy afectada por el tráfico de drogas y armas y la trata de personas. Mientras, Colombia se ubica en la segunda posición global, con un puntaje de 7.66. México está en el cuarto lugar, con una puntuación de 7.57.

Colombia fue considerado en el reporte como el mayor exportador global de cocaína, lo cual causaba hechos continuos de violencia en el país. Otros elementos muy negativos para Colombia fueron la presencia de grupos mafiosos en el territorio, la complicidad de funcionarios estatales con actores criminales, el tráfico de armas, la trata de personas y los crímenes contra recursos naturales.

México y Colombia exportan criminalidad organizada

En el caso de México, ese país ocupa el primer lugar en el apartado de delitos de tráfico y trata de personas y tráfico de armas.  “El mercado de tráfico de personas de México es el más grande y sofisticado de la región. Este es un país grande y sirve como plataforma de distribución y tránsito, principalmente hacia los Estados Unidos”, aseguró el informe.

En el ranking de los 35 países latinoamericanos, el tercero con mayor criminalidad es Paraguay, con 6.70. Con esta cifra, ocupa el lugar 16 en el mundo. A continuación, está Panamá, con 6.68—posición 17 del planeta—, por delante de Venezuela, con igual puntuación.

Los investigadores que elaboraron el Índice Global de Crimen Organizado 2021 encontraron un dato interesante. Casi el 80% de la población vive en los países donde existen mayores niveles de criminalidad.

Además, el reporte señala la participación de los gobiernos en actividades delictivas. “Las redes clientelistas que tienen influencia sobre las autoridades estatales son ahora las más intermediarios dominantes del crimen organizado, y no líderes de cárteles o jefes de la mafia, como uno podría ser perdonado por pensar.

El crimen organizado no es una novedad, pero ahora es un tema más urgente que nunca, puesto que las redes criminales y su impacto se ha extendido por todo el mundo en las últimas dos décadas, impulsado por fuerzas geopolíticas, económicas y tecnológicas”.