Caminar está al alcance de casi todos, no cuesta nada y, según un nuevo estudio, puede marcar una gran diferencia para la salud del corazón, sobre todo en un hipertenso. La investigación siguió durante casi ocho años a más de 32.000 personas y encontró una relación directa: cuantos más pasos se dan cada día, menor es el riesgo de sufrir problemas cardíacos o un accidente cerebrovascular.

1.000 pasos extra, una diferencia real para un hipertenso

El estudio descubrió que, por cada 1.000 pasos adicionales que una persona suma a su rutina diaria —hasta un máximo de 10.000—, el riesgo de padecer un evento cardiovascular grave cae en un 17%. No estamos hablando de maratones ni entrenamientos extremos, sino de algo tan sencillo como estacionar el auto un poco más lejos o dar un paseo después de cenar.

Los beneficios son aún más claros en algunos problemas específicos: un 22% menos de riesgo de insuficiencia cardíaca y un 24% menos de probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular. En el caso del infarto, la reducción fue de alrededor del 9%.

El ritmo también cuenta

No solo importa la cantidad de pasos, sino la velocidad. Los investigadores vieron que las personas que caminaban, al menos durante 30 minutos al día, a un ritmo de unos 80 pasos por minuto (un paso vivo, pero sin llegar a correr) tenían un 30% menos de riesgo de eventos cardiovasculares mayores.

Y hay más buenas noticias: incluso caminar a velocidades más rápidas, por encima de los 130 pasos por minuto, no mostró efectos adversos. Así que, si puedes y tu condición física lo permite, darle un poco más de energía a tu paseo es seguro.

Datos sólidos

El trabajo se realizó en el Reino Unido con participantes que llevaron acelerómetros —dispositivos que miden el movimiento— durante una semana para registrar con precisión su nivel de actividad física. Luego, se hizo un seguimiento de casi ocho años, cruzando los datos con los registros de salud para detectar casos de infartos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardíaca.

Durante ese tiempo, se registraron 1.935 eventos cardiovasculares en el grupo de personas con hipertenso. Gracias a la gran cantidad de datos, los investigadores pudieron calcular que aumentar los pasos diarios podría evitar, en promedio, más de 30 problemas cardíacos graves por cada 10.000 personas al año.

Pequeños cambios, grandes resultados para un hipertenso

No hace falta llegar a los 10.000 pasos desde el primer día. Si ahora caminas unos 4.000, proponte alcanzar los 5.000. Cuando eso se vuelva fácil, sube a 6.000. Lo importante es sumar movimiento a tu vida y, si es posible, hacerlo a un ritmo que te deje un poco sin aliento, pero que aún te permita hablar.

Puedes probar estrategias simples:

  • Bajar una parada antes si viajas en transporte público.
  • Usar las escaleras en lugar del ascensor.
  • Hacer una caminata corta después de comer.
  • Invitar a amigos o familiares a un paseo al final del día.

Un consejo que llega a todos

Aunque el estudio se centró en hipertenso, los beneficios también se observaron en quienes no la tenían. Y es que el corazón, como cualquier músculo, responde bien cuando se le exige de forma constante y moderada.

Para los médicos, este hallazgo significa que ya no es solo “sal a caminar”, sino poder dar recomendaciones más concretas: sumar 1.000 pasos al día y mantener tramos de 30 minutos a paso vivo.

Los investigadores aclaran que el estudio no prueba de forma absoluta que caminar más cause directamente menos problemas de corazón. Sin embargo, la relación es tan consistente que resulta difícil ignorarla. Además, caminar es una actividad de bajo riesgo, gratuita y fácil de integrar en la vida diaria.

En un mundo donde los fármacos suelen ser la primera solución, recordar que el movimiento puede ser una medicina poderosa es una buena noticia. Y lo mejor es que no necesitas receta: basta con salir a dar un paso… y luego otro.