Esta papa voladora, que puedes ver cultivada en las terrazas de Caracas, es un gran desconocido en América Latina y es rica de antioxidantes
El nombre de papa voladora es un desafío porque a pesar de ser un tubérculo no crece bajo la tierra, ni es precisamente una patata. Se le conoce científicamente como Dioscorea bulbifera L, y pertenece a la familia del ñame. En algunos lugares como en Estados Unidos se la considera una mala hierva por ser una especia muy invasora
En países como Colombia, Cuba y Venezuela su cultivo es poco conocido porque sus propiedades antioxidantes no son promocionadas porque no es llamativa para el mercado. La dura situación económica en Venezuela, que profundizan con las restricciones de EE. UU, ha provocado volver al huerto del tubérculo como una vía más accesible. Tarda unos 6 o 7 meses en cosecharse y es bastante resistente y tolerante a la sequía y temporadas lluviosas.
La preparación de la papa voladora no se origina en la tierra, sino en las axilas de las hojas. Puede consumirse en diversos platos; en sopas, hervido, en pure, asado o al horno y tiene un sabor muy firme rico en carbohidratos. Este carbohidrato es una fuente rica en Vitamina C y polifenoles, antioxidantes que se adhieren a sustancias toxicas que pueden causar enfermedades como hipertensión o diabetes. Tiene una alta proporción de almidón, lo que lo hace un alimento energético con un alto contenido proteico y baja proporción de azucares.
El colectivo Ateneo Popular obtiene las semillas de este tubérculo y de otras plantas a través de intercambios con comunidades rurales. También se habla de las presiones del mercado que hace que los locales modifiquen sus hábitos alimenticios y se basen en una opción limitada de alimentos.