Sri Lanka aprueba reglamento de tránsito para elefantes y los borrachos no podrán manejar elefantes domesticados. ¡Increible pero cierto!
Los accidentes de tránsito con elefantes son muy comunes en Sri Lanka, tanto que el gobierno aprobó una ley y a partir de ahora los borrachos no podrán manejar elefantes domesticados. Conducir en estado de embriaguez un elefante domesticado en Sri Lanka será un problema muy serio. Los borrachos capturados infraganti por las autoridades podrían pasar los próximos tres años en prisión y, además, perderían la propiedad sobre el animal.
Esta fuerte medida está incluida en una nueva ley anunciada por el Ministerio de Protección de Vida Silvestre de Sri Lanka. Con el decreto se busca proteger a los elefantes domesticados, los cuales son venerados en ese país africano.
Como toda ley, será aplicable a todos los ciudadanos de Sri Lanka. La medida no ha sido bien recibida por las personas más adineradas, las que suelen tener elefantes domesticados como mascotas, como muestra de su poder económico. En años recientes, los más ricos también han sido protagonistas de numerosas denuncias por maltrato sobre los elefantes.
La nueva ley contempla no solo que los borrachos no pueden conducir elefantes, sino que estos animales únicamente podrán ejecutar trabajos pesados durante cuatro horas al día. Mientras, los elefantes domesticados que se emplean para el transporte de los turistas solo podrán cargar cuatro personas a la vez y siempre deberán estar equipos con una silla muy bien acolchonada.
Con la nueva ley tampoco podrán separar las crías de sus padres
La ley prohíbe separar las crías de sus padres, así como tampoco está permitido obligarlos a trabajar, ni siquiera en los desfiles. La aparición de elefantes en las películas solo podrá realizarse en aquellas producciones autorizadas por el gobierno y con la supervisión de un veterinario.
Otro punto llamativo de la ley es que los propietarios de los elefantes domesticados tendrán que permitir el baño del animal por, al menos, dos horas y media cada jornada. A esto se añade que los dueños tendrán la obligación de llevar a los elefantes al médico veterinario como mínimo en dos ocasiones al año.
En Sri Lanka, la captura de elefantes salvajes es considerado un delito; sin embargo, cada año se celebran muy pocos juicios, por lo que la captura ilegal ha continuado. Otro problema es la caza furtiva o el asesinato.
Los pobladores de Sri Lanka mantienen una relación de odio-amor con los elefantes. En 2020, 121 personas murieron por ataques de elefantes; mientras, 405 paquidermos fueron aniquilados. Entre los métodos empleados para asesinarlos aparecen desde el veneno hasta las vallas electrificadas y los explosivos.
De acuerdo con cifras oficiales, en ese país viven poco más de 200 elefantes domésticos; mientras, otros 7.500 están libres, en las selvas. Según las sociedades protectoras de animales, en la última década más de 40 bebés elefantes desaparecieron de parques nacionales y terminaron domesticados.