El oro se encuentra nuevamente en el centro de atención. En medio de un panorama económico global plagado de incertidumbres, con conflictos geopolíticos, inflación persistente y una demanda creciente de los bancos centrales, el precio del oro ha alcanzado máximos históricos, al superar los 2.400 dólares por onza.
Ante esta coyuntura, los inversores de todo el mundo se preguntan si el impulso alcista del oro continuará su marcha imparable o si, por el contrario, sucumbirá a la atracción gravitatoria del fortalecimiento del dólar y la relajación de las preocupaciones económicas. Tres posibles escenarios se perfilan en el horizonte, cada uno con sus propias implicaciones para el futuro del metal dorado.
Escenario 1: ascenso del precio del oro
Este primer escenario, considerado el más probable por los analistas, se basa en las opiniones de economistas profesionales sobre la inflación, el dólar estadounidense y las previsiones de rendimiento del Tesoro.
Según estas estimaciones, la inflación seguirá cayendo, aunque se mantendrá por encima del objetivo del banco central. Además, se espera que el dólar se deprecie y que los rendimientos de los bonos caigan.
Este consenso parte de la premisa de que la Reserva Federal (Fed) recortará las tasas de interés en 100 puntos básicos a partir de julio de 2024 y hasta el primer trimestre de 2025, en comparación con el primer trimestre de 2024.
Proyección del precio del oro
En este escenario, los expertos prevén que el oro alcance los 2.500 dólares por onza en el primer trimestre de 2025, superando así el máximo histórico de abril de 2024. No obstante, advierten que los precios podrían moderarse en los próximos meses antes de alcanzar ese momento.
Escenario 2: el oro alcista
El segundo escenario presentado es un caso alcista, aunque menos probable que el anterior. En este panorama, la inflación permanece estancada en un nivel más alto, a pesar de que la Fed inicia su ciclo de recortes de tasas.
Además, los elevados riesgos geopolíticos y los temores a errores políticos mantienen al alza el sentimiento hacia el oro, expresado en el posicionamiento especulativo.
En estas circunstancias, se esperaría que los inversores que buscan una cobertura contra la incertidumbre económica y un depósito de valor acudan en masa al oro, impulsando su demanda y, por consiguiente, el precio del oro.
Según los analistas, en este escenario, el precio del oro podría experimentar un crecimiento explosivo, situándose en los 2.750 dólares por onza en el primer trimestre de 2025.
Escenario 3: descenso en el precio del oro
El tercer escenario presentado es el menos probable de los tres, pero no por ello deja de ser inquietante para los inversores en oro.
En esta perspectiva bajista, la Fed no recorta las tasas de interés, lo que hace que la inflación caiga más rápido de lo esperado. Además, el dólar estadounidense se fortalece y los bonos no caen tanto como espera actualmente el consenso.
Ante estas condiciones adversas, los expertos advierten que el oro podría sufrir una corrección, alcanzando un mínimo de 1.910 dólares por onza en el segundo trimestre de 2024, retrocediendo así a los niveles de octubre de 2023.
No obstante, esta caída sería temporal, ya que las proyecciones indican que el precio del oro volvería a subir hasta los 2.030 dólares por onza en el primer trimestre de 2025.
Independientemente del escenario que se materialice, el mundo seguirá atento a las fluctuaciones de este metal precioso, que ha sido durante siglos un barómetro del sentimiento económico global y una fuente de expectativas y preocupaciones para los inversores de todo el mundo.