La humanidad nunca ha estado tan conectada, y eso se traduce en cifras apabullantes. En los primeros tres meses de 2025, el tráfico global de datos móviles alcanzó los 172 exabytes mensuales. Esto representa un incremento del 19% respecto al mismo periodo del año anterior. ¿Qué lo explica? Una combinación poderosa: streaming de video y audio en alta resolución, adopción masiva de servicios en la nube, y el despliegue cada vez más profundo del 5G.

Pero esta es solo la punta del iceberg. Las proyecciones para 2030 dibujan un paisaje aún más vertiginoso: el tráfico móvil se multiplicará por 2.6, alcanzando los 430 exabytes mensuales. Traducido en una escala más humana, esto significa millones de horas de video 4K circulando cada día por las redes del planeta.

América Latina, más datos, más velocidad… ¿más brecha?

Mientras el mundo acelera, América Latina también pisa el acelerador. El promedio de consumo por smartphone en la región se duplicará en los próximos cinco años, pasando de 13 GB a 29 GB mensuales. Sin embargo, ese crecimiento no es homogéneo. Aun cuando se espera que el 5G represente el 60% de las suscripciones móviles en 2030, hay una carrera silenciosa por desplegar infraestructura que aún no ha llegado a muchas zonas.

Las subastas de espectro avanzan con diferentes ritmos. Costa Rica ya concluyó su proceso en enero, mientras que El Salvador, México, Perú y Paraguay se preparan para licitar antes de fin de año. La pregunta es si esta velocidad será suficiente para cerrar las brechas digitales que aún lastran a millones.

La inteligencia artificial también consume datos

No solo los humanos están usando la red. Chatbots como ChatGPT, Gemini, Claude o Grok ya son empleados por el 70% de los usuarios en ciertas redes. La inteligencia artificial generativa se convierte en un nuevo actor del ecosistema digital, con su propia demanda de ancho de banda. ¿Estamos listos para soportar este nuevo tipo de tráfico que no duerme ni descansa?

FWA: la gran jugada para la banda ancha

Más allá del móvil, otro protagonista emerge: el Acceso Fijo Inalámbrico (FWA). Esta alternativa, que utiliza la red móvil para ofrecer conectividad fija, ha ganado fuerza entre los operadores. Más del 80% de los proveedores globales ya lo ofrecen, y más de la mitad permiten contratar velocidades similares a las de la fibra óptica. Para quienes viven en zonas sin cableado tradicional, esta puede ser la solución definitiva.

Se estima que el FWA representará más del 35% de las nuevas conexiones de banda ancha fija para 2030. Y gracias al 5G, su potencial se amplía exponencialmente, permitiendo ofrecer paquetes de entretenimiento y datos robustos incluso en áreas rurales.

Aunque parezca sorprendente, Europa no lidera esta carrera. La cobertura de la banda media 5G apenas supera el 50%, muy por detrás de Estados Unidos (90%) e India (95%). Mientras tanto, las redes 5G ya soportan el 35% del tráfico móvil global, y se espera que superen el 80% al final de la década.

Un futuro donde todo será tráfico

Para 2030, más de dos tercios del total de suscripciones móviles en el mundo serán 5G, alcanzando los 6.3 mil millones. Pero detrás de estas cifras hay un desafío silencioso: adaptar las infraestructuras, regular con visión y garantizar que esta revolución no deje a nadie atrás.

El futuro del tráfico móvil no se construye solo con antenas, sino con decisiones. Y esas, apenas están comenzando a tomarse.