Google selló un acuerdo estratégico con la empresa italiana Energy Dome para implementar su revolucionaria batería de dióxido de carbono (CO₂ Battery). Esto marca su primer paso concreto en el sector del almacenamiento de energía de larga duración (LDES, por sus siglas en inglés). La alianza no solo es comercial: también incluye una inversión directa en la empresa, que ya opera proyectos en Italia, India y Estados Unidos.
¿Por qué ahora?
La electricidad es la columna vertebral del mundo digital. Desde centros de datos hasta inteligencia artificial, su demanda crece a un ritmo exponencial. Sin embargo, las fuentes renovables como la solar y la eólica siguen siendo intermitentes. Aquí entra en escena el almacenamiento de energía de larga duración: una tecnología capaz de capturar ese exceso de energía limpia y liberarlo de manera estable cuando el sol se oculta o el viento cesa.
La CO₂ Battery de Energy Dome ofrece justamente eso: una solución que puede suministrar energía limpia entre 8 y 24 horas sin depender de litio ni materiales raros. Esta tecnología no solo ha sido probada, sino que ya opera comercialmente, inyectando electricidad en la red italiana desde hace más de tres años.
Cómo funciona la CO₂ Battery
A diferencia de las baterías de ion-litio, la propuesta de Energy Dome utiliza dióxido de carbono como medio de almacenamiento. Cuando hay exceso de energía renovable en la red, el sistema comprime el CO₂ en estado líquido. Luego, cuando se requiere electricidad, este líquido se libera como gas caliente presurizado que hace girar una turbina. El resultado: energía sin carbono, lista para alimentar desde hogares hasta centros de datos.
Además, esta solución aporta un beneficio inesperado pero crucial: ayuda a estabilizar la red eléctrica. Las turbinas que giran generan inercia mecánica, algo que se pierde al cerrar centrales térmicas convencionales. Esta inercia es clave para evitar apagones ante cambios bruscos en la frecuencia de la red.
Modular, escalable y sin cuellos de botella
Otro punto fuerte de la CO₂ Battery es su diseño modular e independiente del sitio, basado en equipos industriales ya disponibles en el mercado. Esto permite una rápida expansión sin depender de cadenas de suministro complejas, una ventaja decisiva en un contexto donde escasean los materiales críticos y la urgencia climática no espera.
¿Qué es Energy Dome?
Energy Dome es una empresa italiana fundada en 2020 en Milán, pero con más de 15 años de experiencia acumulada por sus fundadores en tecnologías energéticas como la geotermia, la biomasa o la recuperación de calor. Su propuesta disruptiva es la CO₂ Battery. Gracias a un enfoque modular y al uso de componentes industriales estándar, Energy Dome está posicionada como una de las pocas alternativas reales y escalables para almacenar energía renovable de forma prolongada. Su misión es clara: acelerar la transición energética con tecnología disponible hoy, no mañana.
El objetivo de Google: energía 24/7 con CO₂
Google aspira a operar completamente con energía limpia las 24 horas del día para 2030. Para lograrlo, necesita tecnologías que no solo sean verdes, sino también firmes, confiables y disponibles cuando se las necesita. La LDES es una pieza clave en ese rompecabezas.
Además de su alianza con Energy Dome, Google mantiene una cartera creciente que incluye tecnologías geotérmicas mejoradas, nuclear avanzada e incluso fusión. Pero la CO₂ Battery se presenta como una de las pocas tecnologías ya listas para escalar en el corto plazo.
Impacto económico global
Según el Consejo LDES, desplegar hasta 8 teravatios de almacenamiento de larga duración para 2040 podría generar ahorros anuales por 540 mil millones de dólares en todo el mundo. No solo por evitar la quema de combustibles fósiles, sino porque estas soluciones permiten optimizar el uso de la infraestructura eléctrica y reducir costos en toda la cadena.
Más allá de Google
Lo que hace que esta alianza sea especialmente significativa es su alcance global. Los proyectos no se limitarán a Europa o América del Norte; también se han identificado sitios en Asia-Pacífico. El objetivo es claro: impulsar una tecnología que no solo beneficie a Google, sino también a las comunidades que necesitan acceso confiable y asequible a electricidad limpia.
Una visión compartida
Claudio Spadacini, fundador y CEO de Energy Dome, lo resumió con contundencia: “Estamos demostrando que es posible un suministro energético 100% limpio, 24/7, si se combinan la tecnología adecuada y el modelo de colaboración correcto”. Y Google, con su experiencia y músculo financiero, se posiciona como el catalizador ideal para que esta promesa se haga realidad.
En un momento donde el mundo busca desesperadamente alternativas sostenibles, la apuesta de Google por Energy Dome no es solo una jugada tecnológica. Es un movimiento estratégico para redefinir la forma en que almacenamos y usamos la energía. Una apuesta por el CO₂, no como contaminante, sino como pieza clave del futuro limpio que todos necesitamos.