La isla La Tortuga, ubicada al norte de las costas venezolanas, se ha convertido en el epicentro de una de las apuestas económicas más relevantes del país. Bajo la figura de Zona Económica Especial (ZEE), este territorio insular avanza en su transformación hacia un destino turístico de alto nivel con un enfoque sostenible, sustentable y regenerativo. Así lo ha confirmado Alí Padrón, ministro de Turismo y jefe del proyecto, quien ha calificado la iniciativa como “el más grande desarrollo turístico de Venezuela y el Caribe”.
El proyecto forma parte de una estrategia nacional impulsada por el gobierno venezolano para dejar atrás el modelo rentista petrolero. Las Zonas Económicas Especiales son espacios creados con incentivos fiscales y regulatorios diseñados para atraer inversiones, dinamizar el comercio exterior y fortalecer cadenas productivas con orientación a la exportación.
Características de Isla La Tortuga
La isla La Tortuga es la segunda más grande del país, con una extensión cercana a los 156 kilómetros cuadrados. Se encuentra en el Mar Caribe, entre los archipiélagos Los Roques y La Orchila. Su principal característica es que se mantiene prácticamente virgen: no tiene una población residente ni infraestructuras urbanas permanentes. Solo cuenta con pequeñas bases temporales de pescadores o investigadores.
Su ecosistema está compuesto por playas de arena blanca, aguas cristalinas, arrecifes de coral y zonas de manglar. La Tortuga es además un área clave para la anidación de tortugas marinas y el tránsito de aves migratorias. Su condición deshabitada y su riqueza ambiental la convierten en un lugar estratégico para desarrollar un modelo de turismo responsable desde cero.
Un proyecto turístico en Isla La Tortuga con inversión nacional e internacional
El Plan Maestro de Desarrollo de Isla La Tortuga contempla la instalación de infraestructuras turísticas de alta gama, operadas con energías limpias y bajo regulaciones ambientales estrictas. Entre las obras previstas se incluyen un aeródromo, instalaciones de hospedaje ecológico, centros de investigación, servicios básicos y un puerto de acceso controlado.
El objetivo es atraer tanto a turistas nacionales como internacionales, generar ingresos para el Estado y crear un modelo de encadenamiento productivo que dinamice sectores asociados como el transporte, la construcción, la gastronomía y los servicios turísticos. La articulación con el sector privado es uno de los pilares del proyecto, según las autoridades.
Diversificación económica y sostenibilidad
Desde el Ejecutivo se plantea que La Tortuga sirva como ejemplo para replicar desarrollos similares en otras zonas del país. El enfoque del proyecto combina desarrollo económico, conservación ambiental y promoción del turismo como motor productivo nacional.
“El turismo nunca fue visto como una prioridad económica en Venezuela. Hoy representa una alternativa viable para superar el modelo dependiente del petróleo”, afirmó Padrón. A su juicio, este tipo de iniciativas permitirán posicionar a Venezuela como un nuevo actor en el mercado turístico del Caribe, tradicionalmente dominado por islas como República Dominicana, Aruba o Jamaica.
Retos y perspectivas de Isla La Tortuga
A pesar de su potencial, el proyecto enfrenta desafíos considerables. La isla carece de infraestructuras básicas, lo que implica una inversión inicial elevada. Además, los tiempos de ejecución dependerán de la disponibilidad de recursos, la estabilidad económica y el flujo de inversión extranjera en un contexto internacional complejo para Venezuela.
No obstante, las autoridades aseguran que ya se han iniciado los primeros pasos de implementación del plan, con participación de varios entes gubernamentales y privados.
Si La Tortuga logra consolidarse como destino turístico sostenible y competitivo, podría marcar un punto de inflexión en la política económica del país y en su inserción en la industria turística regional.