Argentina podría estar cerca de resolver uno de sus mayores cuellos de botella: la falta de una vía eficiente y directa para exportar su producción agrícola a los mercados asiáticos. El proyecto Copiaport-E, un puerto de aguas profundas en el norte de Chile, aparece como el punto final de un corredor bioceánico que conectaría el sur de Brasil con el Pacífico, atravesando el centro productivo argentino.
El puerto, en fase de desarrollo, está ubicado en la región de Atacama, frente a nuevos pasos fronterizos andinos que se están adaptando para operar con mayor eficiencia durante todo el año. Su infraestructura promete una capacidad instalada de hasta 120 millones de toneladas métricas en una década y busca convertirse en un nodo logístico clave para la agroindustria del Cono Sur.
Una oportunidad para superar los límites de la logística fluvial y terrestre
La situación actual de la logística argentina impone costos elevados a los productores. El transporte terrestre, en promedio, es dos veces más caro que el de países comparables. A esto se suma la limitación de los puertos fluviales actuales, como Rosario o Buenos Aires, que no permiten operar buques de gran calado.
El resultado es un sistema logístico ineficiente que restringe las posibilidades de crecimiento. Hoy, la región agrícola del norte argentino produce cerca de 100 millones de toneladas de alimentos al año, pero expertos calculan que esa cifra podría duplicarse con una infraestructura moderna y funcional.
Infraestructura natural y ahorro operativo
Copiaport-E cuenta con condiciones geográficas que reducen significativamente los costos de desarrollo. Un calado natural de 30 metros permite recibir embarcaciones de gran tamaño sin necesidad de dragado. Además, una península de 8 kilómetros actúa como rompeolas natural y permite un área retroportuaria amplia, sin limitaciones físicas para su expansión.
Se estima que estas características permitirán ahorrar al menos 2 mil millones de dólares en comparación con otros proyectos similares. El puerto incluirá terminales para granos a granel, contenedores, carga multipropósito y gas natural licuado.
Copiaport-E, el corredor bioceánico toma forma
La clave del proyecto no es solo portuaria. Copiaport-E se vincula con un plan mayor: el Corredor Bioceánico que une Brasil, Paraguay y Argentina con Chile. Para su funcionamiento se requiere modernizar pasos andinos como Pircas Negras y Jama, que hasta ahora han funcionado de forma intermitente y con condiciones adversas durante el invierno.
Según autoridades regionales, en los próximos 24 meses estarán operativos nuevos pasos de baja pendiente, con capacidad para tránsito constante de carga pesada. Al mismo tiempo, se avanza en la recuperación del sistema ferroviario argentino, especialmente el tramo que conecta Córdoba con la cordillera, para garantizar un flujo eficiente de mercancías.
Apoyo político y visión regional
Gobiernos provinciales como los de La Rioja, Tucumán, Catamarca, Córdoba y Santiago del Estero ya han expresado su respaldo al proyecto Copiaport-E. La iniciativa también ha sido discutida con autoridades chilenas, en busca de acuerdos binacionales que faciliten el paso fronterizo y las inversiones necesarias.
En declaraciones recientes, funcionarios argentinos señalaron que este nuevo eje logístico no solo facilitará exportaciones, sino que permitirá diversificar economías regionales que dependen casi exclusivamente de la minería. El acceso directo al Pacífico abre oportunidades para nuevos cultivos, industrias y servicios.
Asia, a menor distancia
Uno de los argumentos centrales del proyecto Copiaport-E es la reducción del tiempo de tránsito hacia Asia. Hoy, muchas exportaciones argentinas a China, Japón o Corea deben pasar por el canal de Panamá o realizar desvíos por puertos del Atlántico. Con Copiaport-E, ese trayecto podría acortarse hasta en 15 días, lo que impactaría de forma directa en la competitividad de los productos del Cono Sur.
Próximos pasos de Copiaport-E
Aunque las obras principales aún están en proceso, los avances en infraestructura fronteriza y acuerdos interprovinciales marcan un cambio en la lógica de integración regional. Si el proyecto avanza como está previsto, Copiaport-E podría operar como una nueva puerta de salida para la producción argentina, sin depender de los circuitos tradicionales.
Más que un puerto, el proyecto representa una apuesta por redibujar la conectividad comercial del sur del continente. Y para una región con alto potencial exportador pero limitada por sus vías de salida, esa transformación no es menor.