Las arenas blancas del Caribe ya no son solo destino de vacaciones. En los últimos años, cinco naciones insulares han transformado su mercado inmobiliario en una puerta de entrada a una nueva ciudadanía. Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía ofrecen programas de Ciudadanía por Inversión (CBI, por sus siglas en inglés) que otorgan un segundo pasaporte a quienes adquieran una propiedad o realicen una inversión económica significativa.
La tendencia no para de crecer: en 2025, las solicitudes globales aumentaron un 12%, impulsadas sobre todo por estadounidenses en busca de estabilidad jurídica y política. Para muchos, comprar una casa en el Caribe se ha convertido en un “plan B”, una póliza de seguro geopolítica. No obstante, no son procesos simples, por lo que siempre es recomendable consultar con un abogado especializado en estos temas.
Antigua y Barbuda, un pasaporte con vista al mar
Antigua fue una de las pioneras en establecer su programa de ciudadanía por inversión, lanzado en 2012. Hoy, comprar una propiedad por al menos $300,000 dólares en esta isla puede abrir las puertas a la ciudadanía plena, con la condición de mantener el inmueble durante un mínimo de cinco años.
Otra opción es hacer una donación no reembolsable de $230,000 al Fondo Nacional de Desarrollo, o de $260,000 a la Universidad de las Antillas.
Aunque no exige residencia permanente, los beneficiarios deben pasar al menos cinco días en el país durante los primeros cinco años tras obtener el pasaporte. El atractivo no es solo fiscal: muchas personas deciden mudarse a tiempo completo por el entorno natural y el estilo de vida relajado.
Dominica, la opción más accesible
Dominica fue el primer país del Caribe en establecer un programa CBI, en 1993, y también uno de los más económicos. La ciudadanía puede obtenerse mediante una donación de al menos $200,000 al Fondo de Desarrollo Económico, o bien con la compra de una propiedad por el mismo valor.
Dominica perdió recientemente la exención de visado al Reino Unido, pero su pasaporte aún permite el acceso sin visa a más de 140 países. Además, el país ha defendido públicamente la integridad de su sistema: su primer ministro, Roosevelt Skerrit, asegura que el programa es “sólido y transparente”, con ingresos superiores a los mil millones de dólares desde su creación, utilizados para hospitales y obras públicas.
Granada, el pasaporte que abre puertas en EE.UU.
Granada tiene un atractivo adicional que la distingue del resto: es el único país de la región cuyo pasaporte permite a sus ciudadanos solicitar una visa de inversionista E-2 a EE.UU., lo que abre oportunidades comerciales únicas. Para aprovechar esta posibilidad es muy recomendable consultar a un abogado que ayuda a conocer qué condiciones aplican.
Para acceder a este beneficio, se debe adquirir un inmueble aprobado por el gobierno por al menos $270,000 dólares, más una contribución adicional de $50,000, o hacer una donación de $235,000 al Fondo Nacional de Transformación.
San Cristóbal y Nieves, el programa más antiguo del mundo
Lanzado en 1984, el CBI de San Cristóbal y Nieves es el más longevo del planeta. Ser ciudadano de este país miembro de la Mancomunidad Británica permite obtener ciertos privilegios en el Reino Unido y otros países de la Commonwealth.
Existen tres vías principales para obtener la ciudadanía:
Una donación de $250,000 a un fondo de desarrollo (incluye al solicitante y hasta tres dependientes),
Una inversión de $250,000 en un proyecto público aprobado,
O la compra de inmuebles por un valor mínimo de $325,000 para un condominio, o $600,000 para una vivienda unifamiliar.
Los bienes deben mantenerse al menos siete años. El país ha incrementado sus controles para cumplir con las exigencias internacionales y evitar sanciones, como la pérdida de acceso sin visa a la Unión Europea.
Santa Lucía, discreción, belleza y buena conectividad
Santa Lucía, miembro de la Commonwealth y de CARICOM, ofrece una combinación atractiva: excelente conectividad aérea con Europa y Norteamérica, ventajas fiscales y un programa de CBI relativamente joven pero muy competitivo.
- La ciudadanía se puede obtener a través de:
- Una donación de $240,000 al Fondo Económico Nacional o a una empresa autorizada,
- Una inversión de $250,000 en un desarrollo inmobiliario aprobado,
- de $300,000 en otro tipo de propiedad.
El gobierno ha sido especialmente estricto en cuanto a los estándares de seguridad y revisión de antecedentes. El primer ministro, Philip J. Pierre, ha subrayado el compromiso del país con la transparencia y la integridad del programa.
¿Una vía de escape o una inversión estratégica?
Más allá de los beneficios fiscales y migratorios, estos programas son reflejo de un mundo en transformación. Para las islas, representan hasta un 30% de su PIB y financian hospitales, infraestructura y servicios públicos. Para los inversionistas, son una oportunidad de diversificar riesgos, mejorar su movilidad y adquirir un activo en un entorno paradisíaco.
Sin embargo, como advierten especialistas y gobiernos, no todo es palmeras y arena blanca. La venta de un segundo pasaporte plantea dilemas éticos, tensiones diplomáticas y desafíos de seguridad. Cada país ha empezado a implementar reformas y auditorías externas para evitar que los programas se conviertan en un canal para el lavado de dinero o la evasión de sanciones.
La ciudadanía por inversión en el Caribe no es solo una tendencia. Es el reflejo de un mundo en transición. Uno donde las fronteras se negocian, el segundo pasaporte se compra y la nacionalidad, cada vez más, depende de cuánto estés dispuesto a pagar.