Después de una larga pausa, Western Union anunció el reinicio de sus servicios de envío de remesas a Cuba desde Estados Unidos. Esta decisión representa un alivio significativo para muchas familias cubanas que dependen de estas transferencias como una fuente crucial de ingresos en medio de la aguda crisis económica que azota a la isla.
La suspensión temporal del servicio, en 2023, se debió a «inconvenientes» con los bancos cubanos que procesan las transacciones, según explicó la compañía. Tras resolver estos problemas, Western Union reanudó sus operaciones en coordinación con su socio local, Orbit S.A., una entidad financiera creada en 2020 por el gobierno cubano para facilitar las remesas.
Reanudación de las remesas a Cuba con nuevos requisitos
A partir de ahora, los clientes de Western Union en Estados Unidos pueden enviar dinero a través de las sucursales físicas, el sitio web o la aplicación móvil de la compañía. No obstante, existen ciertas restricciones y requisitos que deben cumplirse.
Los receptores en Cuba deben tener una cuenta bancaria y una tarjeta de débito en: Banco Popular de Ahorro, Banco Metropolitano o Banco de Crédito y Comercio (Bandec). Además, se establece un límite máximo de $2,000 por transacción, y los clientes en Estados Unidos deberán presentar una identificación válida emitida por el gobierno.
Otro aspecto importante es que los clientes no pueden enviar remesas a Cuba directamente a sus propias cuentas bancarias o tarjetas de débito en Moneda Libremente Convertible (MLC). Asimismo, los depósitos en cuentas MLC solo estarán disponibles en dólares estadounidenses.
La importancia de las remesas a Cuba en tiempos de crisis
La reanudación del servicio de Western Union es especialmente relevante en un momento en que las remesas se han vuelto más vitales que nunca para las familias cubanas. Según un informe de 2023 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), casi el 70% de la población cubana recibe remesas de alguna forma.
Esta necesidad se ha intensificado debido a la grave crisis económica que enfrenta el país, exacerbada por el endurecimiento de las sanciones estadounidenses, los efectos de la pandemia de COVID-19 y las medidas económicas poco efectivas implementadas por el gobierno cubano.
Un flujo disminuido de remesas
Sin embargo, a pesar de la creciente demanda, el flujo de remesas a Cuba ha disminuido en los últimos años, en contraste con el aumento registrado en el resto de América Latina. Mientras que la región recibió un récord de $156,000 millones en remesas en 2023, la cifra para Cuba cayó a $1,972 millones, muy por debajo de los $3,500 millones recibidos en 2018.
Durante la suspensión del servicio de Western Union en 2020, tras las sanciones de Estados Unidos a la empresa Fincimex, el negocio de remesas pasó a canales informales. Estas alternativas incluían el uso de «mulas» o agencias que pagaban en efectivo a los destinatarios en la isla, evitando así el sistema bancario formal.
Estos canales informales también se convirtieron en una vía útil para el sector privado cubano, que necesitaba sacar dinero de la isla y pagar a proveedores en el extranjero, dada la limitada conexión de Cuba con el sistema bancario internacional debido al embargo estadounidense.