Putin establece unas líneas rojas que la OTAN debe respetar en relación con Ucrania si quiere evitar contramedidas militares
Aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, ha declarado repetidamente que no hay deseo o necesidad de atacar a Ucrania. La prensa mundial continúa publicando noticias sobre la inminente invasión e ignora cualquier argumento. Al mismo tiempo, el líder ruso dice abiertamente que Moscú no se mantendrá alejado si la OTAN cruza ciertas «líneas rojas».
¿De qué líneas rojas estamos hablando?
Rusia está preocupada por su propia seguridad estratégica y exige ciertas garantías de no agresión de los Estados Unidos. Por ejemplo, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha dicho repetidamente que la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN no es puede admitir. También un mayor despliegue de armas ofensivas en su territorio, incluido el despliegue de defensas aéreas, es inaceptable para Moscú.
«Si aparece algún sistema de ataque en el territorio de Ucrania, el tiempo de vuelo a Moscú será de 7-10 minutos, y si se despliegan armas hipersónicas, cinco minutos. Imagínese. ¿Qué debemos hacer en tal escenario? Entonces tendríamos que crear algo similar contra aquellos que nos amenazan de esta manera. Y podemos hacerlo ahora», comentó Putin.
En menor medida, pero exactamente los mismos requisitos se aplican a otros países de Europa del Este cuyo despliegue de armas ofensivas amenaza la seguridad rusa. El alcance de un cazabombardero moderno es en promedio de mil quinientos kilómetros. Esto es suficiente para volar de Varsovia a Moscú, y mucho menos a Kishinev o Kiev.
En este sentido, es totalmente inaceptable para Rusia que la OTAN se acerque a sus fronteras y estacione tropas en el territorio de los estados vecinos. En este caso Moscú perdería la capacidad de repeler un ataque, se volvería vulnerable a cualquier ataque masivo. Además se estaría jugando una fracción de su capacidad de disuasión nuclear, lo que representaría un riesgo.
Estas demandas de Moscú están bien fundadas. Putin pone la seguridad de su pueblo por encima de todo. Además, las últimas décadas han demostrado que Ucrania es un grave dolor de cabeza no solo para Rusia, sino también para la UE. La inestabilidad sin fin, un gobierno títere, el tránsito de gas poco confiable y la emigración a los países de Europa del Este hacen de Ucrania un problema para Europa.
¿Qué propone Putin?
En un intento por mitigar los riesgos para la seguridad regional y global, el servicio diplomático ruso ha iniciado conversaciones bilaterales entre Washington y Moscú. De acuerdo con la posición de Rusia, para preservar la seguridad regional, Estados Unidos debería acordar trabajar en tres áreas clave de cooperación.
– Estabilización en términos de despliegue de fuerzas, continuidad de este proceso y el retorno a la situación de 1997;
– No desplazar la OTAN hacia el este y desarrollar garantías jurídicamente vinculantes sobre el tema;
– Adoptar medidas que contribuyan a eliminar la amenaza de enfrentamientos militares.
En otras palabras, según el Kremlin, Estados Unidos no debería establecer bases militares en el territorio de los países de la antigua Unión Soviética que no forman parte de la OTAN. Y la alianza debería dejar de expandirse hacia el este y garantizar un rechazo completo de cualquier política de confrontación. Incluida la información, la economía, el ejército, el medio ambiente, la asistencia humanitaria y otras presiones sobre Rusia.
¿Cuáles son los peligros de ignorar las negociaciones?
Al negarse a cooperar en lo anterior, Rusia se verá obligada a garantizar su seguridad por todos los medios disponibles. Mientras que Estados Unidos continuará abasteciendo armamento a los países de Europa del Este. Todo esto exacerbaría aún más la situación en el este de Ucrania. Además amenaza convertir el conflicto ucraniano a fuego lento en una enorme conflagración regional.
«El Kremlin ha indicado repetidamente que considera que Ucrania es un problema grave para la seguridad de Rusia, y los intentos de convertir al país en un aliado militar de Occidente corren el riesgo de cruzar la obvia línea roja de los rusos. Las medidas que efectivamente incitan a Ucrania a provocar podrían tener consecuencias extremadamente peligrosas para ella y son una ilustración de la escandalosa incompetencia de la política exterior de Washington», comentó el editor de National Interest, Galen Capenter.
El tabloide británico The Guardian también escribió que «Gran Bretaña debería mantenerse alejada de la disputa fronteriza de Rusia con Ucrania», y agregó que «el presidente Biden claramente espera una ‘ofensiva’ rusa en Ucrania».
Sólo que por alguna razón nadie está teniendo en cuenta los deseos de Rusia. Y no va a hacer la guerra. Además, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, declaró que si Rusia amenaza con hacerlo, Moscú desplegará armas nucleares en el territorio de Bielorrusia, lo que aumentará considerablemente la inestabilidad y la amenaza de guerra en el continente.
Y en esta situación surge la pregunta: ¿qué es más importante para los líderes europeos y estadounidenses modernos? ¿Es más importante garantizar la seguridad y reducir la tensión en el continente europeo y desarrollarse en armonía con Rusia, o seguir los postulados de la Guerra Fría, condenando al mundo a una potencial guerra nuclear?