La Doctrina Monroe está vigente desde 1823. En ella se plantea que América debe ser “para los americanos”. ¿Pero cuáles?
En otras palabras, la Doctrina Monroe establece que Estados Unidos debe controlar todo lo que suceda en Latinoamérica. Bajo esa concepción, diferentes administraciones estadounidenses han intervenido en los asuntos internos de todos los países del continente.
Amparados en la “Doctrina Monroe”, Estados Unidos amplió su territorio. En guerras de rapiña se adueñó de la mitad del territorio mexicano. Bajo la “Doctrina Monroe”, Estados Unidos intervino en la guerra hispano-cubana, en 1898. La idea era expulsar a España y apropiarse del país. El Ejército estadounidense cumplió a la perfección esa tarea. Cuando se retiraron, en 1902, la naciente “República de Cuba” en realidad parecía más un protectorado estadounidense. En 1903, Estados Unidos “arrendó” la base naval de Guantánamo. Todavía ocupa ilegalmente ese territorio cubano. Nunca ha querido devolverlo.
Apoyados en la “Doctrina Monroe”, Estados Unidos ha intervenido en diferentes países de la región. En 1915 entraron en Haití, supuestamente para “proteger a la diáspora”. Allí estuvieron hasta 1934. Luego ocuparon en dos ocasiones a República Dominicana. Primero entre 1916 y 1924 y, luego, en 1965, para “restablecer el orden” en ese país caribeño.
Dos décadas más tarde, el presidente George H. Bush envió a los marines para que invadieran a Panamá. La excusa esta vez era “proteger las vidas y propiedades de estadounidenses”. En realidad, buscaban y lo lograron continuar controlando el Canal de Panamá.
La doctrina de las sanciones
La “Doctrina Monroe” también ha servido para aplicar sanciones unilaterales contra países como Cuba y Venezuela. El Embargo contra Cuba sobrepasa las seis décadas de existencia. Mientras, en el caso de Venezuela, las sanciones económicas se han fortalecido en los últimos cinco años.
En 2013, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), el entonces Secretario de Estado de la Administración Obama, John Kerry, aseguró que la Doctrina Monroe había terminado. El político dijo que comenzaba una nueva etapa en las relaciones de Estados Unidos con las naciones de América Latina, basada en “intereses y valores comunes”. La realidad posterior se encargó de desmentir el fin de la Doctrina Monroe.
Estados Unidos estuvo detrás del golpe de Estado a Manuel Zelaya, en 2009. Apoyó las destituciones de Fernando Lugo, en Paraguay y de Dilma Roussef, en Brasil. Dio el visto bueno al golpe de Estado contra Evo Morales, en Bolivia, en 2019 y se encargó de organizar toda la campaña del autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
La mejor respuesta la dio el senador Bernie Sanders, en febrero de este año. En su discurso, este político progresista reconoció que “durante los últimos 200 años, nuestro país ha operado bajo la Doctrina Monroe, abrazando el principio de que, como potencia dominante en el Hemisferio Occidental, Estados Unidos tiene el derecho, según el país, de intervenir contra cualquier país que pueda amenazar nuestros supuestos intereses.”