La transición hacia un modelo energético sostenible está en marcha, y el almacenamiento de energía limpia se posiciona como un pilar fundamental. En América Latina, esta revolución está transformando la manera en que se genera, almacena y utiliza la energía. A pesar de los desafíos, las oportunidades son enormes para una región rica en recursos renovables y creatividad técnica.

Una caída histórica impulsa un cambio global hacia la energía limpia

Los precios de las baterías de litio han alcanzado niveles históricamente bajos, una caída del 73 % desde 2014. Esto ha sido un catalizador para la adopción de sistemas de almacenamiento de energía limpia en sectores industriales y proyectos de energías renovables. Empresas como Atlas Renewable están liderando esta transformación en Latinoamérica, donde proyectos solares sobredimensionados se combinan con baterías para garantizar un suministro constante de energía, incluso después de las horas solares.

Carlos Barrera, CEO de Atlas Renewable, explica que este enfoque permite soluciones energéticas 24/7, algo que anteriormente era impensable para la energía solar.

Chile, el epicentro del almacenamiento de energía limpia

Chile se ha convertido en un referente de innovación en energías limpias. Con un tercio de su electricidad proveniente de fuentes eólicas y solares, el país ha dado un gran salto en su transición energética. Además, lidera en la instalación de sistemas de almacenamiento como los BESS (Battery Energy Storage System), que combinan baterías con proyectos renovables para maximizar la eficiencia y reducir pérdidas financieras.

Sin embargo, no todo es positivo. Los cuellos de botella en la transmisión eléctrica limitan el crecimiento de nuevos proyectos, lo que obliga a los desarrolladores a implementar soluciones híbridas. «La clave es equilibrar los objetivos medioambientales con la eficiencia económica», señala Carlos Suazo-Martínez, consultor energético.

Alternativas al litio: Brasil lidera con rebombeo hídrico

A pesar del auge de las baterías de litio, su impacto ambiental y limitada vida útil plantean interrogantes. Brasil está explorando alternativas más sostenibles, como el almacenamiento de energía limpia por rebombeo hídrico. Este sistema utiliza el flujo de agua entre dos tanques ubicados a diferentes alturas para generar electricidad. Con una vida útil de hasta 60 años, supera ampliamente a las baterías de litio en durabilidad.

Este enfoque subraya la importancia de diversificar los métodos de almacenamiento de energía limpia. «No debemos centrarnos solo en baterías; existen muchas opciones que pueden complementar la transición energética», afirma Rocío Castañeda, experta en planeación sustentable.

Tarifas eléctricas y autonomía energética

En países como México, las tarifas eléctricas elevadas en zonas como Baja California y Yucatán han impulsado la adopción de tecnologías de almacenamiento de energía limpia. Estas soluciones permiten a las empresas reducir costos operativos y depender menos de las fluctuaciones del mercado de combustibles fósiles.

Además, iniciativas gubernamentales como las leyes que limitan la participación privada en el sector energético buscan equilibrar el control estatal con el incentivo a la inversión. Este enfoque podría ser clave para fomentar una transición energética sostenible.

Argentina y su apuesta por grandes inversiones

En Argentina, el gobierno ha implementado el Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece beneficios a proyectos energéticos superiores a 200 millones de dólares. Este programa busca atraer inversión extranjera para fortalecer el sector de energías limpias. Sin embargo, la reciente decisión de retirarse de la COP29 plantea dudas sobre el compromiso del país con los acuerdos climáticos internacionales.

La falta de acuerdos de compra de energía y los problemas regulatorios también representan desafíos. A pesar de esto, las reformas económicas podrían abrir nuevas oportunidades para el almacenamiento de energía limpia.

Un futuro prometedor de la energía limpia, pero con muchos retos

El almacenamiento de energía limpia es esencial para avanzar hacia un sistema energético más sostenible en América Latina. Sin embargo, la región enfrenta obstáculos como regulaciones inconsistentes, prioridades políticas cambiantes y desigualdades económicas. La necesidad de duplicar la inversión en energías verdes es evidente si se quieren cumplir los objetivos climáticos.

La diversificación de tecnologías, como las baterías de litio, el rebombeo hídrico y otros sistemas innovadores, será clave para superar estos desafíos. También es crucial establecer marcos regulatorios claros que permitan una integración efectiva de estas soluciones en las redes eléctricas nacionales.