El litio se ha transformado en un componente indispensable para la fabricación de baterías recargables, utilizadas en vehículos eléctricos, electrónica móvil y sistemas de almacenamiento de energía renovable. Se estima que la demanda global de este «oro blanco» se multiplicará en la próxima década, generando oportunidades sin precedentes para países con reservas de litio. Sin embargo, también surgen desafíos para diversificar la producción actual, fuertemente concentrada en solo cuatro países que controlan más del 95% del suministro mundial.

Producción global de litio: concentración en Australia, Chile, China y Argentina

Australia es el mayor productor mundial de litio. De allí se extrae cerca de la mitad de la producción global. Chile es el segundo principal productor, responsable del 30% del suministro, que obtiene de salmueras del Salar de Atacama, uno de los yacimientos más ricos.

China y Argentina completan el grupo de países que controlan más del 95% de la producción, todos extrayendo litio de salmueras. Si bien tienen menores costos, la salmuera limita los productos derivados.

Cambios en liderazgo mundial

Las posiciones han variado en las últimas décadas. En los años 90, Estados Unidos lideraba con más de un tercio de la producción, superado luego por el boom de Chile. En la década de 2010, Australia consolidó su supremacía. China, además de producir internamente, ha adquirido activos de litio en Chile, Australia y Canadá, afianzando su control de la cadena de suministro.

Bolivia posee los mayores recursos identificados de litio a nivel mundial, pero errores estratégicos y limitaciones técnicas han impedido su exploración y puesta en valor. Representa un enorme potencial aún inexplorado. Este país forma, junto a Argentina y Chile, el llamado «triángulo del litio«.

Tecnologías de extracción: salares vs. roca dura

La mayor parte de la producción proviene de salmueras en salares, utilizando pozos para extraer el fluido rico en litio. Este método tiene menor impacto ambiental, aunque debe manejarse cuidadosamente el uso del agua dulce. Chile y Argentina en Sudamérica o China han adoptado esta tecnología.

Por otro lado, Australia extrae litio de minas de roca dura, particularmente espodumeno. Permite una mayor versatilidad en el procesamiento posterior, así como mayor calidad y pureza del litio. No obstante, la minería tiene mayores costos operativos y huella ecológica.

Planes de expansión en países líderes

Los principales productores planean incrementar fuertemente su capacidad en la próxima década. Se espera que la participación de nuevos actores compense parcialmente la fuerte concentración actual de la oferta mundial de litio.

El mercado global del «oro blanco» ha crecido rápidamente por la mayor demanda de baterías de ion-litio para vehículos eléctricos. Se espera que la demanda mundial medida en carbonato de litio equivalente se cuadruplique en 2025, superando las 1.5 millones de toneladas anuales. Para 2030 podría exceder los 3 millones de toneladas.

El litio se posiciona como un mineral imprescindible para la transición energética, y su demanda se expandirá exponencialmente por el creciente uso en baterías para vehículos eléctricos. Si bien países latinoamericanos como Chile y Argentina lideran el suministro actual, se requieren políticas activas para diversificar la producción e incentivar el desarrollo de nuevos proyectos que potencien el rol de la región.