Carlos Gustavo considera “un error” que su hijo no le suceda en el trono. Le sucederá su hija Victoria de Suecia
El aniversario por los cincuenta años en el trono del rey Carlos Gustavo XVI de Suecia, vino acompañado de polémica. El monarca sueco considera abolir la ley sálica con efecto retroactivo en su país. Un cambio que convirtió en heredera al trono a su primogénita, la princesa Victoria de Suecia. Fue un “error” y una “injusticia” con su hijo, el príncipe Carlos Felipe.
“Tener leyes que funcionan de forma retroactiva no es muy inteligente, lo sigo pensando. Mi hijo, el príncipe Carlos Felipe, ya había nacido y de repente hay un cambio que lo dejó sin nada. Es bastante extraño”, asegura el monarca un documental.
El Parlamento sueco derogó en 1979 la ley sálica, que regula la sucesión monárquica a favor de los varones, después del nacimiento de Carlos Felipe. Esta medida no entró en vigor hasta pasados dos años, por lo que él fue heredero al trono sueco durante ese período. Carlos Gustavo, de 76 años, califica de “complicada” la decisión y de “injusta”, además de considerarla “terrible” como padre. En su opinión, habría sido necesario tener “sangre fría”, porque un cambio de esa envergadura debería haber ocurrido en la siguiente generación.
El monarca sueco resaltó, que Carlos Felipe aceptó la situación sin problemas y que eso no ha afectado a la buena relación entre los dos hermanos.
Carlos Felipe, de 43 años y el único varón de los tres hijos de los monarcas suecos, sorprendió a todos. Esto cuando anunció su compromiso con Sofía Hellqvist, ganadora del concurso de televisión Hotel Paradise, algo así como Gran Hermano. También trabajó como camarera, modelo y stripper. Juntos después de una década, Sofía de Suecia goza de una gran popularidad en el país y el matrimonio tiene tres hijos.
Por su parte, la princesa Magdalena, la hija menor de los reyes, cumplía el pasado junio 40 años y lo hacía lejos del país. Residente desde 2018 en Miami (Florida) con su esposo, Christopher O´Neill, y sus tres hijos, Leonore, Nicolás y Adrienne. Es la octava en la línea de sucesión al trono, y no siempre participa en las actividades de la corona. Ella ha elegido una vida más anónima en un lugar cálido de Estados Unidos.