El presidente de Venezuela, Maduro logró reubicarse en la escena internacional y recuperar, en parte, su prestigio
Después de enfrentar una dura ola de rechazo internacional en 2019, Maduro logró reubicarse en la escena internacional. Tras unas elecciones que gran parte de la comunidad internacional consideró fraudulentas, casi 60 países objetaron a Maduro y reconocieron al opositor Juan Guaidó como mandatario «interino» de Venezuela.
Sin embargo, en los últimos tiempos, las cosas han empezado a cambiar. Maduro ha incrementado el número de gobiernos que lo reconocen y que comienzan a invitarle a eventos internacionales. Además, el gobierno de Estados Unidos ha enviado delegaciones de alto nivel a Caracas para negociar la liberación de ejecutivos estadounidenses de la empresa Citgo que estaban presos en Venezuela bajo cargos de corrupción.
La participación de Maduro en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en México en septiembre de 2021, invitado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, es un ejemplo de su reubicación en la escena internacional. Asimismo, la liberación de los venezolanos Franqui Flores y Efraín Castro Flores, sobrinos de la primera dama venezolana, quienes cumplían en EE.UU. una condena a 18 años de cárcel por narcotráfico, a cambio de que el gobierno de Maduro se sentara a negociar con la oposición en México, también ha sido un importante paso hacia su recuperación.
Otro factor importante en la reubicación de Maduro ha sido la flexibilización de las sanciones petroleras impuestas por el gobierno de Donald Trump. En noviembre de 2022, el presidente Joe Biden permitió que la empresa estadounidense Chevron amplíe sus operaciones en Venezuela a cambio de que el gobierno de Maduro se sentara nuevamente a negociar en México con la oposición venezolana.
Nicolás Maduro logró reubicarse en la escena internacional y ha logrado recuperar algo de su prestigio internacional tras enfrentar una crisis diplomática y económica en 2019.
¿Qué señales hay de que Maduro logró reubicarse en la escena internacional?
La apertura de nuevas puertas y la negociación con el gobierno estadounidense son claras señales de su reubicación en la escena internacional. Solo el tiempo dirá si Maduro podrá mantener esta tendencia y seguir mejorando su posición a nivel internacional.
Desde que en 2019 gran parte de la comunidad internacional dejara de reconocer su presidencia, Nicolás Maduro ha luchado por recuperar su prestigio internacional. En los últimos tiempos, ha logrado avances notables que evidencian una cierta reinserción en la escena internacional.
En septiembre de 2021, el gobernante venezolano acudió a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en México, invitado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Además, Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de Colombia que visitaba a Maduro desde 2016, lo que representa un hito en las relaciones entre ambos países.
Emmanuel Macron le estrechó la mano
En la Cumbre del Clima en Egipto, Maduro tuvo un encuentro en un pasillo con el mandatario francés, Emmanuel Macron, quien le estrechó la mano, le llamó presidente y le planteó la posibilidad de iniciar un trabajo bilateral en beneficio de Venezuela y de la región. En esa misma conferencia, Maduro le dio la mano al enviado especial de Biden para el clima, John Kerry.
A finales de diciembre, el gobierno de España nombró un nuevo embajador en Caracas, cargo que había mantenido vacante desde 2020 debido a las tensiones con Maduro. Además, el año 2023 comenzó para el mandatario venezolano con una invitación a la toma de posesión en Brasil de Luis Inácio Lula Da Silva, cuyo equipo de transición negoció con el gobierno saliente de Jair Bolsonaro el levantamiento de las restricciones para la entrada de Maduro a ese país.
A pesar de no haber acudido a la toma de posesión de Lula, ni a la cumbre de la Celac en Argentina, ambas invitaciones revelan un cierto cambio en el trato que la región está dando a Maduro.
¿Pero qué ha hecho posible esta tímida reinserción de Maduro en la escena internacional?
En gran medida, ha sido el resultado de la presión ejercida por los países de la región y la comunidad internacional para que se llegue a una solución pacífica y democrática en Venezuela. Además, Maduro ha mostrado una disposición a negociar con la oposición venezolana y ha adoptado un enfoque más pragmático en su política exterior.
La reinserción de Maduro en la escena internacional sigue siendo tímida, pero estos avances muestran que el mandatario venezolano está logrando recuperar algo de su prestigio internacional. Las invitaciones a eventos internacionales y los encuentros con mandatarios de países importantes son señales de una posible apertura. Solo el tiempo dirá si Maduro puede mantener esta tendencia y seguir mejorando su posición a nivel internacional.
De Guaidó a hoy
En los últimos tiempos, Maduro ha logrado una tímida reinserción en la escena internacional. Algunas puertas que se le habían cerrado han comenzado a abrirse. Se ha incrementado el número de gobiernos que lo reconocen y que comienzan a invitarle a eventos internacionales.
Geoff Ramsey, director del programa de Venezuela en la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), considera que detrás de este giro hay una muestra de pragmatismo. La comunidad internacional está asumiendo que la estrategia de «máxima presión» que aplicó Trump sobre Maduro no fue capaz de generar una transición en Venezuela.
Según Ramsey, estamos entrando en una nueva fase en la cual más países de la región reconocen la realidad de que si bien Maduro carece de un mandato democrático, es el poder de facto en el país, por lo que hay que establecer por lo menos niveles mínimos de comunicación con las autoridades de su gobierno.
Estas posturas pragmáticas se han visto reforzadas por transformaciones en el entorno regional e internacional. En América Latina hubo un cambio reciente de tendencia política con la elección de gobiernos de izquierda en Honduras, Chile, Colombia, Brasil, México, Argentina y Bolivia. Esto define un cuadro en el que hay una tendencia creciente a dejar de lado los temas de derechos humanos y las características del régimen político.
Esto favorece a Maduro al reducir el peso que se le otorga a las denuncias de prácticas antidemocráticas y de violaciones a los derechos humanos que se le atribuyen -que Caracas niega- y que han sido sustanciadas, entre otros, por la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU.
Biden mantiene ante Venezuela una línea política diferente a la de Trump
Benedicte Bull, profesora de Ciencias Políticas en el Centro de Desarrollo del Medio Ambiente de la Universidad de Oslo y directora de la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, añade a la lista de cambios políticos el ocurrido en Estados Unidos, destacando que Biden mantiene ante Venezuela una línea política diferente a la de Trump, aunque no vaya a dar un giro muy radical al respecto.
El conflicto ucraniano ha modificado las prioridades de las democracias en Estados Unidos y Europa y ha traído como consecuencia una revalorización estratégica del petróleo, lo cual favorece a Maduro pese a que Venezuela dejó de ser un productor importante.
William Neuman, excorresponsal de The New York Times en el país, destaca especialmente la importancia de los cambios ocurridos en Colombia y Brasil. Esos países eran dos de los aliados más importantes de EE.UU. que apoyaban la política de Trump de reconocer a Juan Guaidó,
Economía venezolana en crecimiento
A pesar de la mejora de la economía venezolana, Geoff Ramsey, director del programa de Venezuela en la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), señala que Maduro sigue en una posición precaria y depende del apoyo que recibe de fracciones militares y políticas en su propio partido. Para demostrar que está resolviendo la crisis en Venezuela, el mandatario chavista necesita la legitimidad internacional y buscar maneras de salir de las sanciones.
Por su parte, Benedicte Bull, profesora de Ciencias Políticas en el Centro de Desarrollo del Medio Ambiente de la Universidad de Oslo, coincide en que las mejoras registradas por la economía venezolana son temporales y que las bases de esa recuperación son muy endebles. Maduro necesita inversiones desesperadamente en el sector petrolero y en los servicios públicos, que siguen en condiciones tremendamente malas.
Para Elsa Cardozo, internacionalista venezolana, el proceso de reubicación de Maduro tiene como objetivo principal la reducción de la presión penal y económica sobre su gobierno. Si logra legitimarse y conseguir aceptación internacional, el mandatario venezolano tendría mayor autonomía para moverse internacionalmente sin temor a ser detenido y enjuiciado.
A pesar de estos avances, Maduro sigue siendo visto como un presidente autocrático sin un mandato democrático y sigue siendo muy estigmatizado en la región y en el mundo. No lo tiene fácil, pero ha logrado cierta reubicación en la escena internacional que le ha permitido establecer al menos niveles mínimos de comunicación con las autoridades de otros países.
Donde queda Maduro hoy en día
Aunque algunos países han reestablecido relaciones diplomáticas con Venezuela y reconocido a Maduro como presidente, esto no significa necesariamente que lo apoyen, según advierte William Neuman. Maduro y su gobierno antidemocrático siguen siendo el mayor obstáculo para su reintegración internacional, ya que violan a diario las normas democráticas de Venezuela. Mientras continúen las violaciones masivas de derechos humanos, será difícil para los países de la región normalizar completamente las relaciones con el gobierno de Maduro, aunque la diplomacia privada puede ser eficaz para promover cambios de comportamiento.
El diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición venezolana auspiciado por Noruega en México es una muestra de interés de varios países de Latinoamérica en buscar una solución pacífica y democrática a la crisis en Venezuela, según señala Geoff Ramsey. Sin embargo, la completa reinserción de Venezuela en la comunidad internacional depende del levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos, lo que a su vez depende de un acuerdo entre el gobierno de Maduro y la oposición para realizar elecciones libres y competitivas en 2024.
Lograr elecciones libres exigiría cumplir una serie de condiciones, incluyendo la liberación de los presos políticos, la habilitación plena de los líderes opositores y un órgano electoral imparcial, entre otras medidas. Además del levantamiento de las sanciones, Maduro debe resolver otros asuntos como el control de los activos de Venezuela en el exterior y las acusaciones en su contra por narcotráfico y crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional.
Ramsey indica que las cosas podrían ser distintas ahora, ya que Maduro se enfrenta a incentivos distintos debido a la presión de las élites políticas y militares dentro del chavismo para promover el proceso de diálogo y la necesidad de mejorar la economía venezolana.
Elecciones y oposición
Si no se logra un acuerdo sobre la posibilidad de elecciones donde participe toda la oposición, en 2024, no habrá levantamiento de sanciones. La posición de presidente venezolano podría verse comprometida internacionalmente, tal como sucedió hace cuatro años. De nada serviría que Maduro logró reubicarse en la escena internacional.