El negocio del sexo en Medellín continúa proliferando. En los últimos años este negocio se ha movido de las zonas tradicionales del centro de la ciudad hacia sectores de mayor poder adquisitivo, al tiempo que ha crecido exponencialmente la explotación sexual de menores de edad impulsada por el turismo.

Recientemente, una conocida TikToker, “La tía Irene” publicó un vídeo en el que critica el comportamiento de los visitantes extranjeros. Según ella, los turistas han contribuido a expandir el negocio del sexo en Medellín. «No actúen sorprendidos cuando decimos ‘gringo go home’, cuando destruyen nuestra casa», aseveró la joven en el vídeo.

Incremento alarmante de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes

De acuerdo con estadísticas de la Mesa Contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (ESCNNA), entre enero y noviembre de 2022 se identificaron 157 menores de edad como víctimas de delitos sexuales en 15 de las 16 comunas de Medellín. Tan solo entre 2020 y 2022 se registraron 778 denuncias por este delito.

La situación es alarmante. Según la Alcaldía de Medellín, entre enero y septiembre del año pasado se atendieron 1.400 casos de explotación sexual infantil, y las cifras no han dejado de aumentar. El 70% de las víctimas en la última década tenían entre 14 y 17 años.

El negocio del sexo en Medellín con menores se expande por toda la ciudad

Uno de los principales impulsores de la explotación sexual comercial de menores en Medellín es la demanda de turistas extranjeros. Entre 2018 y 2022 llegaron a la ciudad más de 1.6 millones de viajeros internacionales, de los cuales cerca de 700 mil provenían de Estados Unidos.

Las redes criminales se aprovechan de esto ofreciendo «paquetes turísticos» que incluyen servicios sexuales con adolescentes e incluso niños, en hoteles, discotecas, apartamentos e incluso fincas a las afueras de la ciudad para evitar ser detectados.

De esta manera, el negocio del sexo en Medellín con menores se ha expandido más allá de los sectores tradicionales, extendiéndose a otras comunas e incluso a municipios aledaños como Barbosa, Sabaneta y Santa Fe de Antioquia.

La prostitución migra del centro histórico a zonas exclusivas

Si bien históricamente la prostitución en Medellín se concentraba en sectores del centro como Guayaquil, La Veracruz y el Parque Berrío, en años recientes el negocio se ha desplazado a zonas de mayor poder adquisitivo, especialmente El Poblado y el Parque Lleras.

Esto se explica en parte por la saturación de la oferta en la zona centro luego de la migración masiva de mujeres provenientes de Venezuela, que aceptan tarifas más bajas. Pero también se relaciona con la mayor presencia de turistas extranjeros en El Poblado, que están dispuestos a pagar más por servicios sexuales.

En el centro histórico, el deterioro del negocio ha llevado a las trabajadoras sexuales veteranas a complementar sus ingresos con otras actividades informales, ya que cada vez ganan menos debido a la fuerte competencia.

Padres que impulsan la explotación de sus propios hijos

Resulta aún más aberrante que en muchos casos son los mismos padres de familia quienes impulsan la explotación sexual de sus hijos menores de edad como una forma de obtener ingresos. Las autoridades señalan que los niños entre 9 y 16 años son los más vulnerables frente a estas redes delictivas.

Las comunas con más casos reportados de explotación sexual infantil son la Candelaria, Popular, Laureles y El Poblado. Preocupa el hecho de que la edad de las víctimas se está reduciendo cada vez más. Entre los 9 y 10 años los casos son más aislados, pero la mayoría tienen entre 14 y 17 años.

Casos conocidos de abuso sexual como el del influencer Orion Depp

Uno de los casos más sonados fue el del influencer estadounidense Orion Depp, detenido en Medellín tras ser acusado de abusar sexualmente de menores de edad. El hombre contactaba a niñas por redes sociales, les exigía cumplir con cánones estéticos y posteriormente las drogaba para someterlas sexualmente.

Este suceso puso en evidencia la facilidad con la que operan las redes de explotación sexual en la ciudad, aprovechándose de la impunidad que brinda el turismo. Pese a los esfuerzos de las autoridades, mientras exista demanda de turismo sexual será muy difícil erradicar el problema.

Se requieren medidas más drásticas como el control de establecimientos que facilitan estas actividades, sanciones ejemplares contra extranjeros involucrados y campañas para desincentivar la explotación sexual comercial de los menores más vulnerables de Medellín.