China ha dado un golpe sobre la mesa con el lanzamiento de DeepSeek, un modelo de lenguaje que promete competir directamente con gigantes como ChatGPT de OpenAI y Gemini de Google. Esta tecnología emergente, desarrollada con un presupuesto significativamente menor al de sus competidores estadounidenses, ha provocado revuelo en la industria y generado un impacto inesperado en los mercados financieros globales.
Lanzado el 20 de enero, DeepSeek se convirtió rápidamente en la aplicación gratuita más descargada en Apple Store, captando la atención de inversionistas, expertos en tecnología y gobiernos. Su rápido ascenso ha puesto en jaque la creencia de que solo las empresas con presupuestos multimillonarios pueden liderar el desarrollo de la IA.
¿Qué hace especial a DeepSeek?
DeepSeek se presenta como un chatbot de IA con capacidades avanzadas de razonamiento y generación de contenido. A diferencia de sus rivales, su desarrollo costó apenas 5,6 millones de dólares. Esta es una cifra ínfima en comparación con los miles de millones invertidos por empresas como OpenAI. ¿Cómo es posible? La clave parece estar en su eficiencia. Mientras otras compañías dependen de chips avanzados y costosos, DeepSeek ha logrado entrenar su modelo con una combinación de hardware menos sofisticado y técnicas innovadoras de optimización.
Además, el modelo detrás de DeepSeek, denominado R1, cuenta con 670 mil millones de parámetros. Esto lo convierte en el modelo de código abierto más grande hasta la fecha. Sus desarrolladores aseguran que tiene un rendimiento comparable al de sus competidores en tareas de matemáticas, codificación y razonamiento lógico.
Impacto en el mercado y reacciones globales
El sorpresivo ascenso de DeepSeek no solo ha causado sensación en la industria tecnológica, sino que también ha tenido un impacto financiero significativo. La repentina popularidad del chatbot chino provocó una caída del 17% en el valor de las acciones de Nvidia, una de las mayores empresas productoras de chips para IA. En un solo día, la compañía perdió 600 mil millones de dólares en valor de mercado, la mayor caída registrada en la historia de Wall Street.
El impacto de DeepSeek ha sido tal que el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó su lanzamiento como «una llamada de atención» para las empresas estadounidenses, instándolas a redoblar esfuerzos en la carrera por la supremacía en IA.
Censura y control gubernamental, dos problemas de DeepSeek
Si bien DeepSeek ha sido aclamado por su innovación, también ha generado preocupaciones en torno a la censura. A diferencia de sus equivalentes occidentales, este modelo evita responder preguntas sobre temas políticamente sensibles en China. Por ejemplo, al preguntarle sobre las protestas de Tiananmen de 1989, el chatbot simplemente sugiere «hablar de otra cosa».
Esta censura programada no es un fenómeno nuevo en el ecosistema tecnológico chino, donde otros modelos de IA, como Ernie de Baidu, también han sido diseñados para evitar ciertos temas. Este factor plantea preguntas sobre el grado de libertad con el que los usuarios pueden interactuar con DeepSeek y sobre su papel en la difusión de información dentro y fuera de China.
¿Quién está detrás de DeepSeek?
El cerebro detrás de esta revolución tecnológica es Liang Wenfeng, un empresario chino que hasta hace poco era una figura poco conocida en el sector tecnológico. A diferencia de otros líderes de la IA que surgieron en Silicon Valley, Liang proviene del mundo de las finanzas. Es el fundador y CEO de High-Flyer, un fondo de cobertura que utilizó inteligencia artificial para desarrollar estrategias de inversión cuantitativa en el mercado de valores chino.
Bajo su liderazgo, High-Flyer se convirtió en la primera firma de su tipo en China en recaudar más de 13 mil millones de dólares. En 2023, Liang decidió apostar por el desarrollo de IA avanzada, creando DeepSeek como una extensión de su fondo de inversión. Su visión ha sido clara: China no puede seguir siendo un simple seguidor de la tecnología desarrollada en Occidente, sino que debe liderar la innovación.
Un modelo que desafía la hegemonía de EE.UU.
El auge de DeepSeek ha generado un intenso debate sobre la competencia tecnológica entre China y Estados Unidos. Durante años, Washington ha intentado frenar el avance de la IA china mediante restricciones en la exportación de chips avanzados. Sin embargo, el éxito de DeepSeek demuestra que estas medidas pueden no ser suficientes para detener la innovación del gigante asiático.
El modelo R1 fue entrenado con una combinación de chips Nvidia A100 adquiridos antes de las restricciones impuestas en 2022 y una estrategia de optimización que permitió reducir la necesidad de hardware costoso. Este enfoque ha desafiado la narrativa de que solo las empresas con acceso a los chips más avanzados pueden liderar el desarrollo de la IA.
¿Qué sigue para DeepSeek?
A pesar de su éxito inicial, DeepSeek enfrenta varios desafíos. Uno de ellos es la necesidad de expandir sus capacidades multilingües. Actualmente, aunque puede responder preguntas en varios idiomas, su «pensamiento profundo» y funciones avanzadas están optimizadas principalmente para el inglés y el chino, lo que podría limitar su adopción en mercados hispanohablantes.
Otro reto es su sostenibilidad a largo plazo. Mientras OpenAI y Google han apostado por modelos de negocio basados en suscripciones premium, DeepSeek sigue siendo gratuito. Esto plantea interrogantes sobre su estrategia de monetización y su viabilidad en el tiempo.
Por otro lado, el éxito de DeepSeek podría llevar a una regulación más estricta por parte del gobierno chino. Hasta ahora, la empresa ha operado con relativa independencia, pero su creciente influencia podría atraer un mayor control estatal.
¿Estamos ante un punto de inflexión en la IA?
El lanzamiento de DeepSeek ha marcado un antes y un después en la industria de la inteligencia artificial. Su rápida adopción, su impacto en los mercados y su capacidad de ofrecer un modelo competitivo con un presupuesto reducido han cambiado las reglas del juego.
Más allá de ser un simple chatbot, DeepSeek simboliza un cambio en la dinámica global de la IA, poniendo en duda la supremacía de Silicon Valley y demostrando que la innovación no siempre está ligada a los mayores presupuestos. Con desafíos y oportunidades por delante, el futuro de la IA parece más incierto, pero también más emocionante que nunca.