La reciente escalada bélica entre Israel e Irán ya impacta en la economía mundial. A diferencia de conflictos anteriores en la región, este choque directo entre dos potencias del Medio Oriente se presenta en un momento geopolítico especialmente delicado, con mercados ya tensos y un sistema energético global aún en recuperación tras la invasión rusa de Ucrania. La pregunta que muchos economistas se hacen ahora es: ¿cómo afectará este nuevo conflicto al bolsillo de millones de personas alrededor del mundo?

Petróleo: el termómetro inmediato del caos en la economía mundial

La señal más clara del impacto en la economía mundial fue la subida inmediata de los precios del petróleo. El crudo Brent saltó más de un 10 %, mientras que en Estados Unidos se registró un aumento de hasta el 14 % en el precio del crudo durante la sesión nocturna. El temor es claro: un conflicto de gran escala podría bloquear el estrecho de Ormuz, por donde transita una quinta parte del petróleo mundial.

Irán, tercer productor de la región detrás de Arabia Saudita e Irak, continúa vendiendo petróleo a pesar de las sanciones internacionales. Si sus exportaciones se interrumpen o si se obstaculiza la navegación en Ormuz, el efecto sería un shock de oferta que encarecería todo: desde el combustible hasta los alimentos.

De las bombas a los supermercados

Dentro de Israel, el pánico económico se manifestó de forma inmediata. El shekel se depreció, los supermercados colapsaron y las aerolíneas cancelaron vuelos. Mientras tanto, en los mercados internacionales, las acciones cayeron y los inversionistas buscaron refugio en activos seguros como el oro, que alcanzó su precio más alto en dos meses.

Las consecuencias también se sienten fuera del ámbito energético. El turismo y el transporte marítimo, dos pilares del comercio global, están amenazados por un conflicto que podría extenderse a Yemen, Líbano u otros puntos estratégicos controlados por grupos aliados de Teherán.

Recesión de la economía mundial a la vista, una amenaza real

Israel enfrenta ya altos costos por su operación militar en Gaza, pero una guerra directa con Irán podría aumentar el impacto económico hasta representar el 20 % de su PIB, según economistas locales. Irán, por su parte, continúa inmerso en una crisis interna: inflación del 40 %, una moneda en caída libre y un mercado asfixiado por sanciones.

Si el conflicto se prolonga y escala, los expertos no descartan una nueva recesión global. El alza del petróleo, combinado con las políticas arancelarias agresivas de Estados Unidos, podría empujar a las economías emergentes al límite, afectar la estabilidad de Europa y disparar el coste de vida en el mundo desarrollado.

¿Puede hacer algo la OPEP?

Los ojos del mundo también están puestos sobre los grandes productores de petróleo. Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos podrían aumentar su producción, pero esto no sería suficiente si el conflicto bloquea rutas claves o paraliza a Irán completamente. Incluso Estados Unidos contempla liberar parte de sus reservas estratégicas, como hizo en 2022, para contener una escalada de precios que ya amenaza la estabilidad del consumo interno.

Goldman Sachs estima que, ante un bloqueo prolongado del estrecho de Ormuz, el precio del petróleo Brent podría superar los 100 dólares por barril. Si bien aún ven este escenario como improbable, la sola posibilidad ha bastado para sacudir los mercados.

Un mundo más caro y más incierto

La guerra entre Israel e Irán no es solo una disputa regional; es un detonante con efectos globales. Sus consecuencias se están viendo ya en los surtidores de gasolina, las bolsas de valores y las cocinas de millones de familias que podrían enfrentar alzas de precios imprevistas.

Si no se logra una desescalada rápida, esta crisis puede convertirse en el nuevo punto de inflexión de la economía mundial. La pregunta no es si afectará al mundo, sino cuán profundo será el impacto y cuánto tiempo durará. Oriente Medio vuelve a recordarle al planeta que la estabilidad económica global puede depender de una franja estrecha de agua… y de decisiones tomadas entre misiles y promesas de venganza.