Las semillas de cáñamo son fuente de ácidos grasos que tienen un efecto antioxidante, aportando grandes beneficios a la salud del organismo

Entre los beneficios de las semillas de cáñamo estos se encuentran, la mejora de la memoria, la prevención de enfermedades cardíacas y el tratamiento para contrarrestar el acné.

Estas semillas al tener aceites como el omega-3 y el omega-6 tienen un efecto sobre “el daño oxidativo de las células”. Por lo que ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, aterosclerosis, entre otros.

De acuerdo con la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, la aterosclerosis es el “endurecimiento de las arterias”. Este se produce con el cúmulo de grasa y colesterol en sus paredes. En la mayoría de los casos se produce por envejecimiento.

Las semillas de cáñamo al ser ricas en fibra ayudan regular el azúcar en la sangre, previniendo, o quizá, controlando la diabetes. Siendo esta una enfermedad crónica en la que el cuerpo no puede controlar la glucosa en la sangre.

Además, como se mencionó anteriormente, la ingesta de las semillas de cáñamo evita los daños que pueden tener las células nerviosas. Esto gracias a su poder antioxidante y antiinflamatorio.

El consumo de este alimento puede ayudar al tratamiento del acné porque su efecto antimicrobiano reduce la inflamación que se produce cuando se forma el sebo.

El acné “es un trastorno de la piel” que se produce “cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas”.

El acné puede aparecer y desaparecer sin importar la edad, por lo que existen múltiples tratamientos que lo pueden contrarrestar. Los principales síntomas del acné son: las espinillas, los puntos blancos, los bultos grandes y dolorosos, indica la entidad americana.

Las semillas de cáñamo también pueden ayudar a combatir el estreñimiento ya que son ricas en fibras que trae beneficios al sistema digestivo.

Sin embargo, las semillas de cáñamo pueden reducir el colesterol por los antioxidantes que tienen junto a la fibra y ácidos grasos poliinsaturados que las componen.

Es importante aclarar que existen dos tipos de colesterol. El bueno que se denomina como HDL, y el malo como el LDL, porque produce un cúmulo de placa en las arterias.