Mientras el sueño europeo parece lejano para muchos cubanos debido a los complejos trámites de visado, un pequeño y enigmático país en el este del continente se alza como una sorprendente excepción. Moldavia, una nación con una rica historia y precios accesibles, permite a los ciudadanos cubanos ingresar a su territorio sin necesidad de visa, y permanecer hasta por 90 días.

Este destino se presenta como una alternativa económica y viable. A diferencia de las capitales europeas tradicionales donde el bolsillo sufre, en Moldavia, un almuerzo puede costar entre 5 y 10 euros, y el transporte público es sumamente asequible. Su capital, Chisináu, ofrece una variedad de opciones de hospedaje económico, restaurantes locales y sitios históricos que se pueden visitar sin grandes desembolsos, haciendo que el costo de un pasaje a Europa sea la principal inversión para el viajero cubano.

Más allá del turismo convencional

Moldavia no se promociona como un paraíso de compras de marcas internacionales; su encanto reside en sus productos locales. Los visitantes pueden adquirir reconocidos vinos moldavos, auténticas artesanías y ropa a buen precio. Si bien no compite con la variedad de destinos como Turquía o Italia, para el viajero cubano, que a menudo busca artículos esenciales para revender en la isla, la oferta local resulta atractiva y práctica.

Para quienes buscan un respiro, un encuentro con una cultura diferente y la posibilidad de moverse con un presupuesto ajustado, Moldavia es el lugar ideal. La tranquilidad de sus paisajes, la autenticidad de su gastronomía y la sencillez de su gente son los verdaderos tesoros que aguardan a los exploradores.

Requisitos sencillos para viajar a Moldavia

La entrada a Moldavia para los cubanos es directa: solo se necesita un pasaporte cubano válido y la capacidad de demostrar los requisitos básicos de cualquier viaje internacional, como solvencia económica, un billete de regreso que demuestre la intención de salir del país y una reserva de alojamiento. Una vez dentro, los ciudadanos cubanos pueden permanecer hasta 90 días dentro de un período de 180 días.

La capital, Chisináu, sirve como punto de partida para la mayoría de los visitantes. Desde allí, es posible embarcarse en viajes a joyas ocultas como el monasterio rupestre de Orheiul Vechi, un complejo arqueológico y monástico con impresionantes vistas y una historia milenaria. Otra visita obligada son las bodegas subterráneas de Cricova, unas de las más grandes del mundo, que ofrecen una inmersión única en la tradición vinícola moldava. El país también invita a descubrir sus enclaves rurales, donde el tiempo parece haberse detenido, ofreciendo una experiencia auténtica y desconectada del bullicio moderno.

Consejos de viaje a Moldavia

Es crucial subrayar una distinción fundamental: Moldavia no es parte de la Unión Europea ni del espacio Schengen. Esto significa que, si bien la entrada es libre de visado para cubanos, este país no funciona como un «trampolín» para acceder a otros países miembros de la UE sin los visados correspondientes. La cercanía geográfica con Rumanía, que sí es miembro de la UE, ha llevado a algunos a considerar esta posibilidad, pero legalmente, cada país exige sus propios requisitos de entrada. Para aquellos con intenciones de viajar más allá de las fronteras moldavas, será indispensable cumplir con la normativa de cada estado.

Llegar a Moldavia desde Cuba no es directo. Los vuelos suelen incluir escalas en ciudades como Estambul, Madrid o París, con precios que oscilan entre los 800 y 1.200 euros, dependiendo de la temporada y la aerolínea. Comparar precios en buscadores y consultar con agencias de viajes especializadas es una buena estrategia para optimizar el costo.

Finalmente, aunque Moldavia es un país seguro y mantiene una postura de neutralidad, su proximidad con Ucrania, que continúa en guerra, requiere que los visitantes estén atentos a las noticias y eviten ciertas zonas del norte y este. Además, la región separatista de Transnistria, con un estatus no reconocido internacionalmente, no se recomienda para viajes sin una necesidad justificada. A pesar de estas consideraciones, Moldavia ofrece una oportunidad real y accesible para los cubanos de experimentar la diversidad del continente europeo.