La reciente aprobación del banco corporativo Novabank S.A. por parte del Banco Central de Cuba ha generado tanto esperanza como sospechas. Aunque se presenta como una vía para modernizar el sector financiero cubano y facilitar operaciones a mipymes y cooperativas, su origen, estructura y relaciones políticas levantan legítimas dudas sobre su verdadera función.

¿Qué es Novabank S.A.?

Novabank es una entidad bancaria creada por dos empresas canadienses —Groupe Novinvest Inc. y Les Fonds Génération Nova Inc.— domiciliadas en Quebec y fundadas en 2022. Ambas están vinculadas a la familia Lussier, en especial a Nancy Lussier, empresaria con amplia trayectoria en Cuba y actual presidenta de la Cámara de Comercio e Industria Canadá-Cuba. La rapidez con la que se autorizó la creación del banco ha sorprendido a muchos, dado el carácter notoriamente burocrático del sistema cubano.

Aunque su sede está en La Habana, Novabank no es una filial de un banco canadiense. Ha sido diseñado exclusivamente para operar en Cuba, con el objetivo de ofrecer servicios financieros a personas jurídicas: empresas mixtas, estatales, extranjeras y, sobre todo, mipymes y cooperativas.

Ventajas aparentes de Novabank: ¿una oportunidad para el sector privado?

A diferencia de otros bancos extranjeros con presencia en Cuba, como el español Alto Cedro, Novabank no tiene restricciones para operar con entidades del sector no estatal. Esto podría significar un hito en la flexibilización del acceso al crédito y a operaciones en divisas para las pequeñas y medianas empresas privadas, un aspecto crítico en la economía cubana actual.

Además, se le ha otorgado una amplia gama de facultades: apertura de cuentas en moneda extranjera, emisión de tarjetas, operaciones internacionales, pagos electrónicos, gestión de riesgos, y más. Según algunos expertos y empresarios, como la firma cubana AUGE, esto podría facilitar el financiamiento de emprendimientos y aportar transparencia a las operaciones financieras.

Las sombras del proyecto: vínculos políticos y poca experiencia bancaria

Pese a sus posibles beneficios, Novabank genera también muchas suspicacias. Su estructura empresarial —compañías holding sin experiencia bancaria previa— y los profundos lazos de sus dueños con el gobierno cubano, despiertan interrogantes legítimos.

Nancy Lussier y su familia no son ajenos al entorno político cubano. Desde los años 90, el Grupo Lussier ha mantenido relaciones cercanas con los gobiernos de Fidel y Raúl Castro, facilitando transporte pesado para la construcción de hoteles en los cayos del norte cubano.

El economista Pedro Monreal ha advertido que la función principal de Novabank podría no ser ayudar al sector privado, sino captar divisas frescas para el Estado en medio de una severa crisis de liquidez. En un país donde las empresas privadas operan sobre una base legal incierta y con altos riesgos cambiarios, resulta dudoso que puedan acceder con facilidad y garantías al financiamiento bancario.

¿Modernización financiera o maniobra del gobierno?

El panorama cubano actual está marcado por una crisis económica sin precedentes: inflación, escasez de divisas, y una dualidad monetaria sin resolver. En este contexto, Novabank podría representar una solución parcial, pero también una maniobra gubernamental para reforzar el control financiero sobre el sector privado y canalizar remesas, inversiones o préstamos externos hacia cuentas controladas por el Estado.

El tiempo dirá si esta institución se convierte en una verdadera herramienta de desarrollo para las mipymes cubanas o si es, como temen muchos, otro espejismo del gobierno, envuelto en el celofán de la inversión extranjera.