América Latina experimenta una significativa transformación en materia de gasto militar. Brasil lidera el ranking regional al destinar más de US$ 22.000 millones a su defensa nacional en 2024. Este panorama refleja una tendencia creciente en la región hacia la modernización de sus fuerzas armadas.

El gigante sudamericano mantiene su hegemonía

Brasil no solo encabeza el gasto militar en términos absolutos, sino que también ostenta el título de poseer las Fuerzas Armadas más poderosas de la región. Su posición en el ranking global Global Firepower, ubicándose en el puesto 12 entre 145 países, confirma su dominancia regional en materia militar. El país ha desarrollado una robusta industria de defensa nacional que le permite producir gran parte de su equipamiento.

Sorpresas y cambios en el panorama regional

México emerge como el segundo mayor inversor en defensa, con un presupuesto de US$ 11.825,9 millones, enfocándose principalmente en la seguridad interna y el combate al narcotráfico. Le sigue Colombia, que destina US$ 10.701,1 millones, destacándose por sus capacidades especiales de combate y su experiencia en operaciones contra grupos armados irregulares.

Uruguay, un caso particular de gasto militar

Un dato llamativo emerge de Uruguay. Este país lidera el gasto militar per cápita en la región con 464 dólares por habitante. Con esto supera a naciones mucho más grandes. Este fenómeno se explica en parte porque aproximadamente la mitad de su presupuesto militar se destina a pensiones y retiros, un aspecto que genera debate sobre la eficiencia del gasto.

Argentina, el despertar del gasto militar con Milei en la Casa Rosada

El gobierno de Javier Milei marca un punto de inflexión en la política de defensa argentina. Después de décadas de bajo presupuesto militar, el país proyecta duplicar su inversión en defensa para 2025, hasta alcanzar los US$ 6.200 millones. Esta decisión resulta particularmente notable en el contexto de un gobierno que promete reducir el gasto público en otras áreas.

La región está experimentando una ola de modernización militar. Argentina ha adquirido 24 cazas F-16 de Dinamarca y evalúa la compra de submarinos. Chile, conocido por su ejército bien equipado, mantiene una sólida inversión en tecnología militar moderna. Colombia continúa fortaleciendo sus capacidades especiales y su aviación de combate.

El acercamiento de Argentina a la OTAN como potencial «socio global» y su incorporación al Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania señalan un giro en las alianzas militares regionales. Este movimiento, junto con la compra de equipamiento occidental, sugiere una reorientación estratégica hacia Estados Unidos y Europa.

Desafíos y perspectivas del gasto militar en América Latina

La brecha entre las naciones más inversoras y las de menor presupuesto militar en la región es significativa. Mientras Brasil invierte más de US$ 22.000 millones, países como Haití apenas alcanzan los US$ 11,7 millones. Esta disparidad plantea interrogantes sobre el equilibrio de poder regional y la capacidad de respuesta ante desafíos de seguridad.

El aumento del gasto militar en varios países latinoamericanos ocurre en un contexto de múltiples desafíos económicos y sociales. La decisión de incrementar los presupuestos de defensa, como en el caso de Argentina, genera debates sobre la priorización de recursos en sociedades con altos índices de pobreza y necesidades sociales urgentes.

Los próximos años serán cruciales para determinar si esta tendencia de incremento en el gasto militar se mantiene y cómo impactará en las relaciones regionales. La modernización de equipamiento y el fortalecimiento de capacidades militares podrían redefinir los equilibrios de poder en América Latina, mientras la región busca adaptarse a un orden mundial cada vez más complejo y desafiante.