La batalla geopolítica global parece concentrarse alrededor de Estados Unidos, China y Rusia. Sin embargo, otros seis países pendulares del sur, sin alinearse abiertamente con ninguno de los dos bandos en disputa, cada vez tienen más peso no solo en la economía mundial, sino en la creación de nuevas dinámicas de poder.

Varios expertos coinciden en reconocer que Arabia Saudita, Indonesia, India, Sudáfrica, Turquía y Brasil son países pendulares claves en la geopolítica contemporánea. Todos pertenecen al Grupo de los 20. Ninguno ha decidido apoyar abiertamente la imposición de sanciones a Rusia, por parte de Occidente. Ni tampoco han ofrecido ayuda militar a Ucrania. Los gobiernos de estos países han optado por no declararse a favor de ninguno de los dos archienemigos, Estados Unidos y China, enfrentados en batallas económicas de imprevisibles resultados.

Estos seis países pendulares no tienen el poder de los grandes del Norte. Pero lo cierto es que Occidente busca incluirlos como aliados, porque teme la influencia geopolítica que han alcanzado. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha tratado, de todas las formas posibles, de obtener su apoyo. Pero a día de hoy ninguno condenó públicamente la llamada “operación militar especial rusa” en Ucrania.  Algunos, como Turquía, no solo se oponen a las sanciones contra Rusia, sino que incluso comercian con Moscú. Mientras la mayoría opta por la neutralidad, Sudáfrica sí ha reconocido que es pro-Rusia.

El conflicto en Ucrania solo le conviene a la industria armamentística. El presidente Lula da Silva así lo entiende y por eso ha tratado de tomar la iniciativa para propiciar diálogos que resuelvan la crisis ucraniana. La India valora la posibilidad de mediar en ese conflicto. Hasta el momento, ninguno de los dos países ha tenido éxito en sus intentos.

Cuatro de los países ya mencionados forman parte de una asociación interestal, junto con China y Rusia, denominada BRICS. Esta alianza, reconoce la revista Newsweek, no busca dominar. Están interesados en proponer e implementar soluciones constructivas y multilaterales. Entre los temas de la agenda del BRICS están desde el desarrollo sostenible, hasta el intercambio de tecnología y los fortalecer los vínculos comerciales. Esto los hace ver más atractivos, para otros países, que las propuestas de Washington.

Diferentes politólogos señalan que Estados Unidos cada vez está más interesado en estos “países pendulares”, para intentar atraerlos. Esto le permitiría a Washington consolidar su posición global. Sin embargo, hasta el momento, esa estrategia, tanto diplomática como económica, parece no haber dado los resultados esperados para la Administración Biden.