La persona más rica del mundo en la historia no es Jeff Bezos, ni Elon Musk. Descubre quien fue y conoce su historia
La lista de las personas más ricas del mundo se actualiza constantemente, pero quien fue la persona más rica del mundo, muy pocos lo saben. Publicaciones especializadas como Forbes se encargan de seguir, paso a paso, los movimientos financieros de los más adinerados del planeta. Después conforman su ranking, el cual, como todos, tiene subidas y bajadas. Nombres como Elon Musk, Bernard Arnault, Mark Zuckenberg, Jeff Bezos y, antes Bill Gates, nunca han faltado en estos listados. Sin embargo, ninguno de estos billonarios ha sido el hombre más rico del mundo. Entonces, ¿quién? La respuesta la tienen los historiadores y, de seguro, es una difícil de imaginar: Mansa Musa.
¿Quién fue Mansa Musa?
Este hombre fue el décimo “mansa”, considerado rey de reyes, del Imperio de Mali, en el siglo XIV. Gobernó durante 25 años, entre 1312 y 1337. En ese período logró una enorme riqueza que, a día, de hoy, estaría estimada en unos 400 mil millones de dólares. Esta cifra duplica a la del hombre más rico del momento, Arnault, con una fortuna de 186 mil millones de dólares.
Pero, ¿cómo Mansa Musa obtuvo tanto dinero? Musa heredó el reino, cuando su padre, Abu-Bakr, abdicó la corona. El viejo rey se lanzó a una expedición en el Atlántico de la que nunca regresó.
En aquella época del siglo XIV, el imperio de Mali era enorme y se extendía por más de 3200 kilómetros. Incluía partes de lo que actualmente es Costa de Marfil, Burkina Faso, Níger, Guinea-Bissau, Chad, Senegal y Chad. En aquel vasto territorio abundaban los recursos naturales, especialmente el oro. También había mucho cobre y otros recursos, como especias y sal. La explotación del oro fue la entrada principal de dinero para el imperio de Mali.
La persona más rica del mundo
Mansa Musa tuvo una vida llena de lujos. Tras convertirse al Islam, decidió hacer la peregrinación a La Meca, en 1324. Hacia allí se dirigió con una caravana conformada por más de 60.000 personas. A su paso, el poderoso rey regalaba oro por doquier.
Además, el rey Musa invirtió mucho dinero para convertir a Tombuctú, la capital de su imperio, en un importante centro cultural y comercial. Contrató a los más afamados arquitectos de El Cairo para que construyeran un fastuoso palacio. Esa edificación no existe hoy en día. Pero cuentan las crónicas de la época que una instalación enorme, repleta de lujos. Musa también pagó para levantar la gran mezquita de Djingareyber que sí se mantiene de pie en la actualidad.
El rey Mansa Musa falleció, de causas desconocidas, en una fecha que muchos historiadores sitúan en 1337. Más de siete siglos después, su nombre es recordado por la multimillonaria fortuna que creó, gracias, en buena medida, al oro.