El reconocimiento facial es una tecnología que gana más seguidores y también críticos y nos pone en el ojo de gobiernos y empresas.
En el caso del reconocimiento facial, como sucede con todos los avances, estos no son de por sí ni buenos ni malos, sino depende del empleo que reciban. Por ejemplo, los que apoyan la extensión de este método defienden que es excelente como firma personal, ya que difícilmente puedan falsificar nuestro rostro. Mientras, los detractores aseguran que puede convertirse en uno de los mayores mecanismos gubernamentales de control sobre las libertades de las personas.
Los gobiernos han encontrado en el reconocimiento facial una técnica muy efectiva para aumentar la vigilancia sobre la ciudadanía. No es casualidad que crezcan las inversiones para colocar cámaras por todas partes. Nadie sabe con certeza cuántas veces al día su rostro es capturado por esas cámaras.
Luego, los algoritmos de inteligencia artificial “identifican” al rostro. Después lo cruzan con otras informaciones que tengan en sus bases de datos y tienen un perfil completo de la persona. Parece cosa de ciencia ficción, sacada de una película de los años ochenta y noventa, pero a día de hoy es una realidad.
El Gran Hermano nos vigila. Y no solo en los países considerados de “menos libertades”, como China. En Estados Unidos, por ejemplo, un estudio de la Universidad de Georgetown encontró que la mitad de la población estadounidense ya estaba fichada en las bases de datos secretas de la policía. Mientras, Forbes aseguró que el FBI tenía guardadas más de 400 millones de caras.
Reconocimiento facial, el ojo espía de los gobiernos
En China han llegado todavía más lejos. Allí han instalado cámaras por todas partes que envían información a centros de vigilancia que cuentan con software de reconocimiento facial. El software identifica si la persona cometió hasta la más leve infracción, como cruzar una calle sin recurrir al paso peatonal. Luego, a esa persona le llega el ticket con el monto de la multa.
Los chinos ya utilizan el reconocimiento facial hasta para saber si los estudiantes atienden a las clases. Así sucede en un instituto de Hangzhou donde se instalaron cámaras para escanear a los estudiantes. A partir del análisis de los rostros de los alumnos, un software podía identificar si estaban prestando atención a la clase.
En casinos, hoteles y aeropuertos de varios países del este asiático, el rostro de la persona ya funciona para hacer check-in. Incluso, el escaneo del rostro da acceso al transporte público y permite la entrada a edificios. Las empresas lo utilizan para controlar la asistencia de sus trabajadores.
Mientras, las autoridades de servicios comunales aprovechan el reconocimiento facial hasta para saber quién recicla o no correctamente la basura. El afán de controlar es tan grande en China que en el Templo del Cielo, uno de los destinos turísticos más atractivos, aplican el reconocimiento facial ¡en un baño!
El software escanea el rostro de la persona y le da la orden a la máquina de entregar un pedazo de papel higiénico. Solo a los nueve minutos la persona puede pasar otra vez por el escáner para recibir…otro pequeño pedazo de papel. Es una medida para ahorrar papel higiénico, dijeron las autoridades chinas.
Los gobiernos podrían cruzar bases de datos, entre ellos y con empresas
El reconocimiento facial se extiende a todas las facetas y países. Sony construyó un perro-robot que identifica cuál es su dueño, a partir del escaneo de su rostro. En España, la aerolínea Iberia comenzó a utilizar el reconocimiento facial en el aeropuerto de Barajas. Mientras, la Universitat Oberta de Catalunya piensa emplearla para reconocer a sus estudiantes.
El mundo publicitario también ha visto un enorme filón en el reconocimiento facial. El día en que vayamos por la calle y nos muestren anuncios personalizados, a partir de nuestros gustos, al escanearnos el rostro no parece tan lejano. En 2019, Procter & Gamble presentó una tienda online donde se reconocía el rostro del cliente y este recibía ofertas personalizadas.
En Estados Unidos cada vez se recurre más al reconocimiento facial. Actualmente, en Florida y Arizona la policía emplea esta tecnología para identificar posibles violaciones del tráfico. Incluso, Taylor Swift la empleó en un concierto, para “detectar a acosadores”. Esta expansión preocupa a entidades como American Civil Liberties Union que ha solicitado la detención del uso de esta tecnología en espacios públicos.
Los detractores del reconocimiento facial aseguran que esta tecnología amenaza derechos fundamentales como la libertad de expresión, de reunión y asociación. Probablemente tengan razón en varios puntos. No obstante, sus múltiples usos que incluyen también la medicina, incidirán en que esta tecnología continúe expandiéndose.