En un nuevo capítulo de su enfrentamiento con los gigantes tecnológicos, la Comisión Europea impuso sanciones históricas a Apple y Meta por incumplir la Ley de Mercados Digitales (DMA). La medida, que suma 700 millones de euros en multas, llega en un contexto particularmente sensible: justo cuando la Unión Europea y Estados Unidos intentan desescalar su creciente guerra comercial.

Apple deberá pagar 500 millones de euros por obstaculizar a los desarrolladores la posibilidad de ofrecer canales alternativos de distribución de aplicaciones fuera de su App Store. Meta, por su parte, ha sido multada con 200 millones debido a su modelo de “aceptar o pagar”, que fuerza a los usuarios a ceder sus datos o pagar para acceder a sus plataformas. Ambas prácticas han sido calificadas de ilegales bajo la nueva regulación digital europea.

La DMA cambia las reglas del juego y llegan más multas

La Ley de Mercados Digitales, en vigor desde 2023, representa un giro profundo en la forma en que Europa regula a las grandes plataformas digitales. Hasta ahora, las investigaciones contra estas empresas solían durar años y las sanciones, aunque millonarias, llegaban tarde. El nuevo reglamento busca intervenir de manera más ágil, imponiendo cambios estructurales en los modelos de negocio.

Apple y Meta tienen ahora 60 días para adaptarse. Si no lo hacen, podrían enfrentarse a sanciones adicionales, incluyendo multas periódicas. La Comisión también ha dejado claro que estas no serán las últimas acciones, ya que Alphabet y Amazon están siendo investigadas por casos similares.

Las tecnológicas contraatacan…con otras multas

Las reacciones no se hicieron esperar. Apple criticó duramente la resolución, acusando a Bruselas de dañar la seguridad y privacidad de sus usuarios. “Nos obligan a regalar nuestra tecnología”, dijeron voceros de la compañía, que ya han anunciado que recurrirán la decisión ante los tribunales.

Meta también optó por la confrontación política. Su respuesta fue directa: acusan a la UE de discriminar a las empresas estadounidenses, mientras permite que competidores europeos y chinos operen bajo estándares diferentes.

Las empresas no están solas. Voces desde Washington, incluida la del vicepresidente J. D. Vance, han advertido que EE. UU. no permitirá presiones sobre sus corporaciones tecnológicas. En este sentido, la cercanía de Apple y Meta con la administración Trump cobra relevancia, pues ambas han buscado apoyo en la Casa Blanca para frenar las iniciativas regulatorias europeas.

Bruselas responde con firmeza y cautela

Aunque el monto de las multas es considerable, muchos se preguntan por qué no alcanzó el máximo posible: el 10% de la facturación anual. Desde Bruselas se insiste en que la cuantía se ajusta a la gravedad y duración del incumplimiento, pero también hay quienes ven una estrategia política en juego. El anuncio, por ejemplo, se hizo sin grandes titulares ni la presencia de los principales comisarios, algo inusual en este tipo de decisiones.

La Comisión Europea se defiende asegurando que su único objetivo es garantizar que todas las empresas, sin importar su origen, respeten la normativa. Y para desmontar las acusaciones de trato desigual, recuerdan que compañías como TikTok o Booking también han sido objeto de medidas.

Un mensaje claro: el mercado digital no es tierra sin ley

Estas sanciones marcan un punto de inflexión en la batalla por la regulación del espacio digital. Bruselas ha dejado claro que no está dispuesta a ceder frente al poder de las Big Tech, ni siquiera cuando eso implica tensiones con su principal socio comercial. Para Europa, la soberanía digital pasa por asegurar que los derechos de los usuarios y la libre competencia prevalezcan sobre los intereses de Silicon Valley.