La región sudamericana enfrenta una crisis hídrica sin precedentes. Sus principales ríos alcanzan niveles mínimos históricos, por lo que esta situación genera graves consecuencias para la navegación, el comercio y las comunidades ribereñas.
Ríos en niveles alarmantes
El río Paraguay, una de las arterias fluviales más importantes de Sudamérica, ha alcanzado su nivel más bajo jamás registrado en Asunción. Con una medición de -0,82 metros en relación al índice «cero» del lecho del río, este nuevo mínimo supera el récord anterior establecido en octubre de 2021.
La situación del río Paraná
No muy lejos, el río Paraná en Argentina también se acerca peligrosamente a sus mínimos anuales, especialmente en las cercanías del estratégico centro portuario de Rosario. Esta situación ha generado preocupación entre los exportadores de granos y otros productos agrícolas.
Impacto de la crisis hídrica en el comercio y la navegación
La sequía extrema está afectando severamente el transporte de mercancías a lo largo de la hidrovía Paraguay-Paraná. Este corredor fluvial, que se extiende por más de 3.400 kilómetros y atraviesa Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, es crucial para las exportaciones de la región.
Según la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO), la navegación en el tramo norte de la hidrovía está prácticamente interrumpida debido a las condiciones de bajante extrema. Las embarcaciones se ven obligadas a transportar volúmenes por debajo de su capacidad promedio, lo que genera demoras significativas y prolonga los tiempos de viaje.
Para Paraguay, la situación es particularmente crítica. El 82% de su comercio está vinculado a la hidrovía, y la agroindustria considera esta ruta vital para llegar a más de 52 destinos globales. Como tercer exportador mundial de soja, Paraguay enfrenta desafíos significativos para mantener sus flujos comerciales.
Causas de la crisis hídrica
La raíz del problema se encuentra en la sequía extrema que afecta al Pantanal brasileño, donde nacen tanto el río Paraguay como el Paraná. Esta situación no solo afecta a los ríos principales, sino también a sus afluentes como el Madeira y el Acre, que están cerca de sus mínimos históricos.
El fenómeno meteorológico de La Niña exacerba la situación. Trae condiciones más secas y frías a Paraguay y Argentina. Además, los expertos señalan una mayor variabilidad climática debido al cambio climático, lo que complica aún más las predicciones y la gestión de recursos hídricos.
Pronósticos poco alentadores para la crisis hídrica
Las previsiones de lluvia para los próximos meses no son alentadoras. Incluso para la temporada de precipitaciones de octubre, se espera que las lluvias, aunque alivien temporalmente la situación, no sean suficientes para revertir la tendencia a la baja de los niveles de los ríos.
La crisis hídrica no se limita a la cuenca del Paraguay-Paraná. Los ríos de la Amazonía también han registrado niveles récord de bajos en agosto de 2024, un mes antes del período típicamente más crítico de sequía. El río Solimões, por ejemplo, se encuentra 3 metros por debajo de la media para esta época del año.
El bajo nivel del agua está teniendo consecuencias dramáticas para las comunidades amazónicas. Algunas poblaciones se encuentran aisladas, enfrentando escasez de alimentos y agua potable, además de dificultades para acceder a servicios esenciales como salud y educación.
La crisis hídrica que enfrenta Sudamérica es un claro ejemplo de cómo el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos pueden tener impactos profundos y de largo alcance. Desde la interrupción del comercio internacional hasta el aislamiento de comunidades enteras, las consecuencias de esta sequía son múltiples y complejas.