Truth Social, la red social creada por Donald Trump tras ser vetado de X (antes Twitter) y Facebook, atraviesa una gravísima crisis que pone en duda su viabilidad futura. Un cúmulo de problemas legales, financieros y estratégicos acechan al expresidente y a su plataforma.
El inicio del fin de la red social de Donald Trump
Todo comenzó cuando Trump perdió las elecciones de 2020 y difundió falsas acusaciones de fraude electoral sin presentar pruebas. Esto provocó que fuera expulsado de las principales redes sociales por considerar que incitó al violento asalto al Capitolio del 6 de enero por parte de sus seguidores.
Ante este veto, Trump decidió crear su propia red social, Truth Social, que se presentaría como un oasis de «libertad de expresión» en contraposición a la «censura» de Twitter y Facebook. Prometió que sería un espacio digital para que sus seguidores pudieran expresarse sin restricciones.
Sin embargo, desde su problemático lanzamiento en 2022 la plataforma ha acumulado enormes pérdidas, superando los 73 millones de dólares. A esto se suma que tiene muy pocos usuarios en comparación con los millones que siguen a Trump en X y Facebook. De hecho, no ha logrado atraer siquiera al 1% de la audiencia de esas gigantes redes.
Trump-dependencia, el principal problema de Truth Social
El principal problema de Truth Social es justamente su total dependencia de la popularidad de Trump. Él es el mayor accionista y usuario estrella de la red. Documentos de la empresa advierten claramente que si Trump deja de usar la plataforma o se ve involucrado en nuevos escándalos, esto hundiría aún más al ya maltrecho negocio.
Y es que los problemas legales se acumulan para el expresidente. Está imputado en 4 causas diferentes con decenas de cargos que podrían implicar penas de cárcel. La empresa teme específicamente que, si Trump es finalmente encarcelado, esto sería un golpe letal para Truth Social.
Pero además, la propia ambición política de Trump genera una grave disyuntiva. Quiere volver a ser presidente en 2024, y sabe que para ello necesita amplificar su mensaje ante decenas de millones de votantes. Pero confinado a la marginal Truth Social, con una mínima fracción de usuarios, eso es imposible. La mayor audiencia está en X, donde Trump acumula 87 millones de seguidores.
Así, todo indica que el expresidente terminará priorizando sus aspiraciones electorales por sobre la lealtad a su propia e inestable red social. Y si finalmente regresa de forma permanente a X (antes Twitter), como ya insinuó, esto podría terminar hundiendo a una Truth Social ya en cuidados intensivos.
Queda por ver si los usuarios más radicalizados seguirán fieles a la red social de Donald Trump pese a su partida. Pero el panorama luce sombrío para una red que ya enfrentaba múltiples tormentas y que, con sus días contados, pasará a engrosar la larga lista de fracasos empresariales del expresidente.