Las plataformas chinas de comercio electrónico Temu y Shein han sacudido los mercados occidentales con su modelo de precios ultrabajos y envíos rápidos. Su crecimiento exponencial en países como Estados Unidos y Europa ha generado preocupación entre comerciantes locales y autoridades regulatorias, que ahora buscan frenar su expansión a través de nuevas medidas impositivas y controles de calidad.
La estrategia de precios imposibles de las plataformas chinas de comercio electrónico
Desde su lanzamiento en 2022, Temu ha ganado notoriedad gracias a una oferta que desafía cualquier lógica económica: productos vendidos a fracciones de su valor habitual, con envíos gratuitos desde China. Esta política ha permitido a millones de consumidores acceder a gadgets, ropa y accesorios a precios ridículos. Shein, por su parte, lidera el mercado de la moda ultrarrápida (fast fashion), con catálogos que se renuevan diariamente y precios que dejan obsoletas a las marcas tradicionales.
Sin embargo, detrás de esta aparente ganga, surgen preguntas importantes. ¿Cómo es posible ofrecer precios tan bajos? Una combinación de costos laborales mínimos, subvenciones estatales en China y vacíos fiscales en Occidente ha dado lugar a un modelo que, aunque atractivo para los consumidores, resulta insostenible para la economía local.
Fake news, campañas de desprestigio y nuevos impuestos
La expansión de Temu y Shein no ha estado exenta de controversias. Por un lado, se ha acusado a estas plataformas de recopilar datos personales de los usuarios a través de sus aplicaciones, un argumento reforzado por informes que sugieren la presencia de spyware en sus sistemas.
Por otro lado, en redes sociales han surgido campañas de desprestigio, que afirman que los productos no cumplen con los estándares de seguridad europeos y que incluso representan peligros. Un estudio reciente realizado en la Unión Europea, por ejemplo, reveló que el 95% de los juguetes analizados en Temu no cumplían con las normativas vigentes y que el 90% eran potencialmente peligrosos.
Ante este escenario, las autoridades europeas y estadounidenses han decidido actuar. La Comisión Europea ha propuesto eliminar la exención fiscal para paquetes de menos de 150 euros, una normativa que permitía la entrada libre de impuestos a millones de envíos procedentes de China. En Estados Unidos, se plantea una medida similar para envíos de menos de 800 dólares, lo que podría encarecer las compras hasta en un 30%.
Estas regulaciones buscan nivelar el «terreno de juego» entre las plataformas chinas de comercio electrónico y los comerciantes locales, que deben afrontar costos mucho más elevados, desde alquileres hasta impuestos y garantías de calidad. Sin embargo, el impacto de estas medidas podría ser significativo, sobre todo para la Generación Z, principal cliente de Temu y Shein, que podría ver limitada su capacidad de compra.
El modelo de las plataformas chinas de comercio electrónico está en la cuerda floja
La sostenibilidad del modelo de negocio de Temu y Shein está siendo cada vez más cuestionada. Expertos afirman que estas plataformas operan con pérdidas estratégicas con el objetivo de capturar cuota de mercado. Esto significa que, a corto plazo, pueden permitirse vender productos por debajo de su valor real, pero a largo plazo necesitarán ajustar sus precios para mantener la rentabilidad.
A esto se suma el creciente costo logístico. Aunque Temu y Shein han optimizado sus cadenas de suministro, los envíos aéreos desde China siguen siendo una parte fundamental de su estrategia. Si las nuevas regulaciones aduaneras entran en vigor, el encarecimiento del transporte podría afectar gravemente a estas plataformas.
Un cambio inevitable
La batalla entre las plataformas chinas y las potencias occidentales apenas comienza. Si bien Temu y Shein han revolucionado el comercio electrónico con su modelo de precios bajos y envíos rápidos, las nuevas regulaciones podrían obligarlas a adaptarse. Algunos analistas sugieren que podrían abrir centros logísticos en Europa para evitar aranceles y reducir tiempos de entrega, tal como lo ha hecho Amazon.
Lo que está claro es que el comercio online está entrando en una nueva etapa, donde la transparencia, la calidad y la igualdad de condiciones serán fundamentales para el futuro de las plataformas digitales. En este escenario, los consumidores tendrán que decidir si están dispuestos a pagar más por productos con mayores garantías o si seguirán apostando por la oferta ultrabarata.
La época de los envíos gratis y precios de ensueño podría estar llegando a su fin.