El presidente, Gustavo Petro, reabrió el debate sobre la legalización del cannabis comercialización de la marihuana en Colombia
Durante un discurso en la ciudad de Quibdó, capital del departamento del Chocó, uno de los más pobres de ese país, Petro abrió paso a la comercialización de la marihuana en Colombia. Además, ONU manifestó que el cannabis no es una droga peligrosa y tiene propiedades medicinales.
Petro realizó su primera visita como mandatario a esa ciudad –que tiene un índice de pobreza de 64,8%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane)–. Esto para encabezar el consejo de seguridad y una cumbre de alcaldes del Pacífico.
Durante su intervención, el líder del Pacto Histórico, agrupación de partidos y movimientos progresistas y de izquierda, se preguntó. «¿Qué pasa si se legaliza el cannabis en Colombia sin licencias, como sembrar maíz, papa?».
El planteamiento del presidente apunta a la comercialización legal en el exterior de la marihuana con fines recreativos y medicinales para generar entrada de divisas. «¿Y si vemos si se exporta eso y nos ganamos unos dólares, porque en media parte de la humanidad es legal?», cuestionó.
«¿Será la multinacional canadiense la que se quede con los dólares y haga plantaciones de cannabis o van a ser los campesinos del cannabis del Cauca?». Así volvió a preguntar el mandatario.
Esta propuesta está alineada con los planes de su gobierno de dejar atrás el modelo extractivista y mono agroexportador. También de aprobar una reforma agraria dirigida a cerrar «la brecha de desigualdad en la tenencia y uso de la tierra y el agua». Además de acabar con la concepción de «guerra contra las drogas», a la que considera un fracaso.
En la región Pacífica colombiana opera principalmente el grupo narcoparamilitar Clan del Golfo, que entre sus actividades delictivas realiza tráfico de drogas. Esto mientras que en Nariño actúan el Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y narcotraficantes.
Ya en julio de 2021, un decreto presidencial permitió la exportación de la flor seca de esta planta para uso medicinal. Esto con el objetivo de participar en el mercado internacional de ese producto. Sin embargo, en noviembre de ese mismo año, la Plenaria de la Cámara de Representantes de Colombia rechazó un proyecto de ley. Este buscaba crear una excepción constitucional para permitir la posesión y el consumo recreativo de cannabis.
Gustavo Petro: la guerra antidrogas en Colombia ha sido un fracaso
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, está convencido de que la guerra contra las drogas en su país ha sido un fracaso. Esto según lo declaró durante la XXII Reunión del Consejo Presidencial Andino, celebrada este lunes en Lima (Perú).
El mandatario explicó que en las últimas décadas ha aparecido así en la región una realidad que rompe cada vez más la estructura de derechos humanos. Esto sobre las sociedades que la conforman, que desestabiliza las instituciones, que carcome la democracia y que genera violencia.
«Si uno pone en un mapa de América las ciudades más violentas, trazan el recorrido de la exportación de cocaína», explicó. «No es una paradoja que tengamos, a pesar de que las guerras existen en otras partes del mundo, las ciudades más violentas del planeta», añadió.
Asimismo, indicó que este problema convierte a la región en una de las más violentas del mundo. Lo que, para él, está relacionado con un fracaso. «Hemos fracasado en los últimos 50 años en algo que se llamó la guerra contra las drogas». Así lo aseveró, en referencia a una política impulsada por el gobierno de EE.UU.
Petro detalló que el balance de esta situación incluye un millón de latinoamericanos muertos, la mayoría de ellos colombianos, pero cada vez más mexicanos y centroamericanos. Además, hay millones de personas de Norteamérica y Latinoamérica que están en la cárcel por ello.
«Las estadísticas en Estados Unidos hablan de que 70.000 personas mueren cada año por sobredosis de drogas, a las cuales no se les hizo la guerra. Así como el fentanillo» (un narcótico sintético opioide), continuó.
Si proyectáramos hacia adelante tendríamos otro millón de latinoamericanos muertos, tendríamos millones de latinoamericanos presos, millones de norteamericanos presos. La mayoría de raza negra, y habría 2.800.000 estadounidenses muertos por sobredosis, por algo que nosotros no producimos: el fentanilo.
Por ello, el jefe de Estado estima necesario que la Comunidad Andina convoque una conferencia de países latinoamericanos para discutir y evaluar la política de drogas. Esto teniendo en cuenta las estadísticas, para ver si «conduce a algún puerto. O si, al contrario, nos está hundiendo en el fondo de un abismo violento, sanguinolento y antidemocrático».