Panamá se convertirá en uno de los primeros países al mundo en estructurar e implementar su propia Bolsa de Carbono

A través de este sistema de comercio, una empresa podrá comprar o vender créditos de carbono en la Bolsa de Valores de Panamá para, de esta forma, cumplir con los límites de emisiones fijados por el gobierno panameño.

Mediante este mecanismo, una empresa que compre créditos de carbono podrá retirarlos, para así considerar esa reducción de emisiones como si fuera propia de ellos. Así podrá cumplir sus metas de disminución de carbono y, de cierta forma, compensar sus propias emisiones.

Cada bono de carbono se mide en toneladas de dióxido de carbono (CO2).  El Ministerio de Ambiente es el ente con mandato legal para diseñar e implementar la Bolsa de Carbono, a partir del Decreto Ejecutivo No. 100, de octubre de 2020.

De acuerdo con el Ministerio de Ambiente de Panamá, los llamados “bonos de carbono” se emiten como certificados. Ese documento demuestra que se ha certificado la remoción de, al menos, una tonelada de dióxido de carbono de la atmósfera. Esto aplica también para otros gases de efecto invernadero.

Los certificados son transferibles, aunque deben ser aprobados por el gobierno u organismos independientes. El primer bono de este tipo lo emitió el Banco Mundial, en 2018. Desde ese momento, la iniciativa ha sido muy bien acogida. En 2021 se emitieron 500 billones de dólares en “bonos verdes”, en todo el mundo. Esto representó un crecimiento del 59% con relación a 2020.

En el caso de Panamá, el Ministerio de Ambiente desarrolló la Ley Marco del Cambio Climático. Este instrumento jurídico establece cómo participar del mercado del carbono. Entre los requisitos exigidos por las autoridades panameñas está que cualquier persona, natural o jurídica, que quiera aplicar para obtener créditos de carbono tendrá que registrar su solicitud en la Plataforma Nacional de Transparencia Climática del Ministerio de Ambiente.

El mercado del carbono, de acuerdo con el Banco de Desarrollo de Latinoamérica, contempla que las naciones ejecuten transferencias de reducciones de emisiones. Según el Banco de Desarrollo de Latinoamérica (CAF), el mercado de carbono tiene un gran futuro en la región. Este mercado hará que América Latina se establezca como un jugador importante del mercado mundial en soluciones basadas en la naturaleza.