La disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la extensa región del Esequibo, ubicada entre ambos países, tiene detrás una fuerte lucha por controlar los ricos recursos naturales de Guyana.

El diferendo se remonta a 1841 cuando Venezuela denunció una incursión del Imperio Británico, potencia que entonces colonizaba lo que hoy es Guyana. Pero la polémica se agudizó desde 2015 con el descubrimiento de enormes reservas de petróleo frente a las costas del Esequibo. Esto convirtió a esta pequeña nación de 800.000 habitantes en una de las economías de mayor crecimiento del mundo.

Recursos naturales de Guyana: una codiciada joya

El Esequibo posee una superficie de 159.500 kilómetros cuadrados, equivalente a las áreas combinadas de Inglaterra, Cuba y Grecia. Representa casi dos tercios del territorio guyanés y alberga cerca de un tercio de su población, lo que lo convierte en un actor fundamental para la integridad de este país.

Pero son los recursos naturales de Guyana del subsuelo esequibo los que mayor ambición despiertan. A las riquezas petroleras se suman vastos recursos minerales como oro, diamantes, bauxita y manganeso, que históricamente han alimentado la codicia de potencias extranjeras. Tan solo la mina de oro Omai, incrustada en pleno corazón del Esequibo, produjo 3,7 millones de onzas de oro entre 1993 y 2005, convirtiéndose en uno de los principales sustentos económicos de Guyana.

Asimismo, su extenso sistema fluvial compuesto por ríos como el Mazaruni, el Cuyuni o el Potaro -que alberga saltos de agua de hasta 900 metros de altura- conforman un potencial hidroeléctrico codiciado. También representan una reserva estratégica de agua dulce ante el estrés hídrico que se avecina con la crisis climática en curso.

¿Tendrá solución el diferendo Venezuela – Guyana?

Los venezolanos votaron mayoritariamente por el “sí”, a favor de mantener la presión para controlar la Guayana Esequibo, en el referendo realizado recientemente. Esto ha echado más leña al fuego en las relaciones entre los dos países.

Mientras este pulso geopolítico se mantenga latente, serán los habitantes del Esequibo y sus excepcionales ecosistemas amazónicos los más vulnerables ante cualquier potencial enfrentamiento.

Expertos vaticinan que esta disputa bilateral está llamada a recrudecerse en los próximos años, a medida que Guyana intensifique la explotación petrolera y minera sobre su porción del territorio en litigio. Como contraparte, Venezuela proseguirá ejerciendo presión diplomática para obtener concesiones, amparándose en la reivindicación histórica sobre el Esequibo.

El desafío para ambas naciones es hallar una salida negociada que proteja y beneficie por igual a los pobladores de una de las joyas naturales más codiciadas de Suramérica. De lo contrario, esta controvertida región amazónica corre el riesgo de convertirse en fuente de inestabilidad regional.