Varios países de Latinoamérica responden a la crisis con un impuesto a la riqueza. Es esto ¿un impulso a la fuga de capitales de AL?
Latinoamérica ha sido la región del mundo más golpeada por la pandemia del coronavirus y varios gobiernos han respuesto a la crisis con un impuesto a la riqueza. Además el FMI ha llamado a subir los impuestos a los más ricos y a las empresas rentables para pagar la factura de la crisis. La crisis económica derivada de esta situación anormal es muy fuerte y la caída del PIB en la región este año será de un 9,1%. Cuando concluya 2020, más de 45 millones de latinoamericanos habrán entrado en la pobreza. Ante esto, varios países han decidido adoptar una medida muy polémica y que pone en riesgo la reactivación de la economía: imponer un impuesto a la riqueza. Esto sin duda puede crear un efecto boomerang con una fuga masiva de capitales.
Secretario general de la ONU aboga por un «impuesto de solidaridad»
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, urgió este lunes a la comunidad internacional a estudiar la imposición de un impuesto. Este sobre los ricos que aumentaron su patrimonio en medio de la pandemia de coronavirus. El alto funcionario se refirió a los «últimos informes» que indican «un aumento en 5 billones de dólares de las fortunas de los más ricos». Ante lo cual llamó a «considerar un impuesto de solidaridad sobre aquellos que se han beneficiado durante la pandemia para reducir las desigualdades extremas».
Guterres mencionó que ya antes de la pandemia, 25 países gastaban más en pagos de deuda que en sanidad, educación y protección social juntas. Por lo que pidió un «nuevo contrato social» sobre la base de la solidaridad e inversiones «en las personas» para fomentar un «desarrollo sostenible e inclusivo». Más allá, el secretario general llamó a reformar la arquitectura internacional de la deuda para «poner fin a los mortales ciclos» de deuda y crisis.
Guterres reiteró su llamado a que las vacunas contra el covid-19 estén disponibles para todos los países. También a que se dediquen más fondos a financiar el Covax, creado por la ONU para garantizar el acceso a las vacunas en el mundo. Según el alto funcionario, avanzar una respuesta equitativa global a la pandemia es «una prueba para el multilateralismo», que hasta ahora «ha sido fallida». Algo que también demuestran la desigualdad de las campañas de vacunación. «Solo diez países del mundo representan el 75 % de las vacunaciones globales», argumentó.
El FMI llama a subir los impuestos a los más ricos y a las empresas rentables para pagar la factura de la crisis
El Fondo Monetario Internacional se aleja cada vez mas de la legitimidad por la que se distinguió en los años mas duros del consenso de Washington. El organismo multilateral empezó la crisis exhortando a los países a “gastar tanto como pudieran”. Cuatro meses después, les pide que estudien la puesta en marcha de impuestos para los mas ricos.
“Los Gobiernos deben tomar medidas para mejorar el cumplimiento tributario, y evaluar la aplicación de impuestos más altos a grupos más acaudalados y empresas más rentables”. Reclamó este miércoles el director del Departamento De Finanzas Públicas del FMI, Víctor Gaspar. “Los ingresos resultantes contribuirían a pagar servicios críticos. Como las redes de salud y de protección social, en una crisis que ha afectado de manera desproporcionada a los segmentos más pobres de la sociedad”. Apreciación que también coincidió con la economista jefa del Fondo, Gita Gopinath. “los impuestos tienen que ser más progresivos y las grandes empresas tienen que pagar “lo justo” en un contexto de pérdida de los ingresos públicos. Aunque el impacto económico de la pandemia está afectando a nivel mundial, el FMI recuerda que los países más pobres están más amenazados.
El jefe del Departamento de Finanzas Públicas del Fondo pide destinar lo ingresado a salud y protección social en la pandemia. La gran preocupación del Fondo es que los países no dejen caer “demasiado pronto” las medidas de apoyo fiscal. El déficit, ha completado el directivo del FMI, “no es el mayor riesgo ahora; el apoyo fiscal debe mantenerse, con salud y educación como prioridad”.
Impuesto a la riqueza
Este impuesto a la riqueza no debe confundirse con el impuesto a la renta de las personas. Este último se cobra según los ingresos anuales que obtenga cada ciudadano; mientras, el otro se aplica sobre la riqueza acumulada. Es arbitrario y crea tratamiento desigual de los ciudadanos antes el Gobierno. Además produce fuga de capitales y empresas hacia otros países.
De acuerdo con un reciente informe de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social, una organización integrada por instituciones y organizaciones sociales, si los 20 países de la región implementaran ese impuesto se podría recaudar más de 26.000 millones de dólares anuales. Durante la pandemia, los más ricos de Latinoamérica aumentaron su fortuna en 48.200 millones de dólares. Con esto se incrementó la distribución desigual de la riqueza en la región, donde el 1% de los más ricos recibe el 21% de todos los ingresos de la economía.
Esta Red asegura que, el monto recaudado con el impuesto a la riqueza, permitiría otorgar la vacuna contra la COVID-19 gratis en todo el continente. Además, posibilitaría combatir el hambre y la pobreza extrema. No obstante, esa medida podría producir una fortísima fuga de capitales.
Impuesto a la riqueza, una idea surgida en Europa
La idea de colocar un impuesto a la riqueza no surgió en Latinoamérica y, definitivamente, es muy anterior a la Covid-19. A día de hoy, todavía existen cuatro países europeos que continúan aplicando dicho impuesto, de los 12 que comenzaron el experimento dos décadas atrás.
Por ejemplo, España recauda el 0,18 de su PIB con este impuesto; mientras, Noruega obtiene el 0,45, al igual que Bélgica y Suiza el 1,1%. En este último caso, esa carga tributaria ha existido allí por más de 180 años, pero hay que resaltar que para los no residentes Suiza es un paraíso fiscal. aunque hay, por lo menos, 10 mejores refugios fiscales.
En Latinoamérica, el impuesto a la riqueza ya está implementado en tres países: Argentina, Uruguay y Colombia. Otros paises están analizando la posibilidad de aplicar impuestos similares. Los nombres de este impuesto varían de nación en nación, pero todos consisten en gravar los activos de las personas naturales y jurídicas más ricas.
Impuesto a los bienes personales en Argentina
En este país se aplica un impuesto tanto a las personas jurídicas como naturales sobre su patrimonio bruto. Esto incluye desde cuentas bancarias, obras de arte, bienes en el exterior hasta inmuebles y automóviles. El impuesto contempla a personas cuya riqueza bruta sea de poco más de 1.3 millones de dólares estadounidenses.
Los bienes en el país reciben una tasa impositiva que comienza en 0,5% hasta el 1,25%; mientras, los bienes en el exterior varían entre el 0,7% y 2,25%. Entre los elementos exentos de carga fiscal se encuentra la vivienda de la persona, hasta un valor de 300.000 dólares estadounidenses, así como las cajas de ahorro, bienes como patentes y marcas y saldos de plazos fijos.
Este 2020, Argentina aprobó la llamada «Ley de Aporte Solidario y Extraordinario», una iniciativa impulsada por el gobierno de Alberto Fernández. Este nuevo impuesto a las grandes fortunas se aplicará solo una vez a personas naturales con un patrimonio superior a los 200 millones de pesos argentinos (2.5 millones de dólares). Un total de 11.855 personas tendrán que abonar el nuevo tributo.
El gobierno de Fernández espera recaudar 420.000 millones de pesos argentinos, aproximadamente 5.14 millones de dólares. El 20% de ese dinero recaudado será destinado para la compra de suministros médicos, otro 20% para ayudas a pequeñas y medianas empresas, otro 20% para becas estudiantiles, 15% para desarrollos sociales y el 25% restante para proyectos de gas natural.
Impuesto a la riqueza en Bolivia
En Bolivia comenzará a aplicarse, en 2021, un impuesto a la riqueza. Todas las personas naturales con un patrimonio superior a 4.3 millones de dólares tendrán que pagar el nuevo tributo. Las cuotas a abonar dependerán de la fortuna de cada cual y comienzan en el 1.4% (para fortunas entre 4.3 y 5.7 millones de dólares). Luego, los que tengan un patrimonio entre 5.7 y 7.2 millones de dólares pagarán el 1.9%. Por último, las fortunas mayores a esas cifras tributarán el 2.4%.
De acuerdo con el presidente boliviano Luis Arce, con este impuesto el país busca «mejorar la distribución del ingreso» y «mejorar el sistema tributario». El impuesto afectará a 152 personas.
Impuesto a la riqueza en Colombia
En Colombia se grava el patrimonio neto que está en el país de personas naturales y jurídicas. Para el gravamen se calcula el patrimonio total neto menos las deudas. En este caso sí se tienen en cuenta los bienes en el exterior. La tasa que se aplica, por igual, es del 1% para patrimonios netos por encima de 1.5 millones de dólares. El único bien que queda exento es la primera vivienda del ciudadano o empresa colombiano, hasta un valor de 140.500 dólares.
Otros países latinoamericanos están evaluando la posible aplicación del impuesto a la riqueza. En Chile el debate gira alrededor de aplicar un impuesto a las propiedades, a partir de cierto valor. Mientras, en Perú, el impuesto abarcaría hasta aproximadamente el 10% de la población.
Impuesto al patrimonio en Uruguay
Este impuesto, al igual que en Argentina, grava el patrimonio neto, tanto de personas jurídicas como naturales. Entre los elementos tasados están inmuebles, vehículos, metales preciosos y dinero en efectivo.
Para las personas naturales, el impuesto oscila entre 0,4% y 0,7%. Entre los bienes que quedan exentos están los activos en el exterior, títulos de deuda pública y bienes inmuebles rurales que se utilicen en la explotación agrícola.
¿Funciona el impuesto a la riqueza?
Esta pregunta divide a los economistas, aunque la masa está a favor del impuesto. En tiempos de crisis económica, ese dinero les permitiría a los gobiernos ejecutar nuevos planes. El gran riesgo de aplicar las medidas está en la fuga de capitales y de empresas hacia paises con tributación más favorable o nula Al día de hoy, cuando las grandes fortunas sienten que sus intereses van a ser afectados, buscan soluciones al exterior.
Entre las medidas más efectivas que aplican los más adinerados se encuentra mover sus capitales ya existentes hacia cuentas bancarias offshore. Con esto logran que las autoridades tributarias de sus países no conozcan exactamente el monto de esa cuenta, ya que los bancos offshore protegen la información de sus clientes. Otra medida muy común en la actualidad es formar una Fundación en Panamá. Con este instrumento será posible ejercer todo tipo de operaciones financieras, con protección para la identidad de los propietarios de esa Fundación.
Los críticos a este tipo de impuestos señalan que, precisamente, por la utilización de herramientas de ingeniería fiscal es muy difícil establecer una valuación real del patrimonio, tanto para personas como para empresas. Además el riesgo de que grandes empresas se vayan del país es muy alto.
La opinión pública de Argentina, Chile, México, Ecuador, Bolivia y Perú estaría de acuerdo con que se cobre un impuesto extra a las grandes fortunas. Pero ¿qué piensan los ricos? Es mejor ¿qué se lleven el capital o que lo inviertan en relanzar la economía?
El impuesto a las Grandes Fortunas crece como sentido común en América Latina.
Ya es mayoritario en Argentina 🇦🇷, México 🇲🇽, Chile 🇨🇱, Ecuador 🇪🇨, Bolivia 🇧🇴 y Perú 🇵🇪
¡6 encuestas @CELAGeopolitica lo dejan clarísimo! pic.twitter.com/MUgAfBn2Xk— Alfredo Serrano Manc (@alfreserramanci) December 13, 2020