Desde que estalló en octubre de 2023, la guerra entre Israel y Hamás ha dejado una marca profunda, no solo en la geografía y la vida de millones de personas, sino también en las economías, la estabilidad política y la percepción global del conflicto. ¿Cuánto ha costado esta guerra? La respuesta excede con creces cualquier cálculo contable: es una factura impagable en vidas humanas, estructuras destruidas y equilibrios regionales rotos.
Israel: una economía golpeada por la guerra
El conflicto ha costado a Israel más de 50 mil millones de dólares en términos directos. Este número incluye operaciones militares, compensaciones a ciudadanos desplazados, reconstrucción parcial de infraestructuras y la pérdida de productividad. Las industrias clave como el turismo, la inversión extranjera y la tecnología han sufrido una caída abrupta, y la economía israelí ya ha entrado oficialmente en recesión técnica.
Además, la prolongación de la guerra ha deteriorado la confianza en los mercados, afectando su calificación crediticia y generando fuga de capitales. El gasto militar se mantiene alto y constante, lo que presiona aún más las finanzas públicas. Israel, por tanto, no solo paga por la ofensiva en Gaza, sino también por la incertidumbre de su futuro económico.
Gaza: una catástrofe humanitaria y económica sin precedentes
Del otro lado de la frontera, el panorama es todavía más devastador. Según informes recientes, más del 50% de las viviendas en Gaza han sido destruidas o dañadas. La infraestructura civil —hospitales, escuelas, sistemas eléctricos y de agua— ha quedado colapsada. Las pérdidas económicas se estiman en decenas de miles de millones de dólares, pero lo más dramático es la dimensión humana: decenas de miles de muertos, millones de desplazados internos y un sistema de salud al borde del colapso.
Las principales fuentes de sustento —agricultura, pesca y comercio transfronterizo— están prácticamente paralizadas. Con una economía informal ya frágil antes del conflicto, hoy Gaza depende casi exclusivamente de la ayuda humanitaria, que enfrenta enormes dificultades logísticas para entrar.
El costo geopolítico y diplomático de la guerra de Israel
El conflicto también ha elevado los costos diplomáticos. Las relaciones internacionales de Israel se han deteriorado, incluso con aliados históricos. Países europeos y latinoamericanos han criticado abiertamente su conducta en Gaza, y la presión sobre Tel Aviv en organismos multilaterales como la ONU ha aumentado considerablemente.
A nivel regional, la tensión con Irán y sus aliados se ha intensificado, y los esfuerzos de mediación internacional no han logrado resultados concluyentes. El conflicto ha reconfigurado alianzas y ha incrementado la inestabilidad en un Medio Oriente ya de por sí volátil.
Reconstrucción: ¿quién paga la cuenta de la guerra de Israel?
Reconstruir Gaza requerirá un esfuerzo financiero titánico. Se calcula que harán falta entre 30 mil y 50 mil millones de dólares para devolverle a la Franja una mínima funcionalidad estructural. La comunidad internacional ha comenzado a discutir fondos y mecanismos de ayuda, pero las divisiones políticas dificultan la movilización.
Israel también deberá invertir miles de millones para reparar infraestructuras del sur del país, así como para atender psicológica y médicamente a sus ciudadanos afectados. El costo social en ambos lados —trauma, desplazamiento, polarización— será incalculable por años.
Una factura abierta
La guerra de Israel contra Hamás ha demostrado ser una de las más costosas de este siglo, no solo por sus cifras económicas, sino por el precio que representa para la estabilidad de la región y la dignidad humana. La pregunta que queda no es cuánto ha costado, sino cuánto más podrá costar si no se alcanza un alto al fuego duradero y una solución política que ponga fin a décadas de violencia.