Bolivia, Chile y Argentina forman el triángulo del litio, la zona donde se encuentra el 70% del mineral que genera disputas geopolíticas.

El llamado “triángulo del litio” es la zona del mundo donde se encuentra el 70% de ese mineral que genera disputas geopolíticas que cruzan los intereses de diversos países, especialmente Estados Unidos.

El triángulo del litio coloca a Bolivia, Chile y Argentina a riesgo de Golpes de Estado

El triángulo del litio coloca a Bolivia, Chile y Argentina en la mira del as grandes potencias interesadas en el mineral que tiene múltiples aplicaciones en la industria energética, aeroespacial, electrónica, transportación y telecomunicaciones. Su uso es esencial en la producción de baterías de dispositivos móviles, computadores y automóviles eléctricos.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) reconoció oficialmente, en febrero de este año, que Bolivia era el país con mayores yacimientos de litio, con 21 millones de toneladas métricas. Argentina cuenta con la segunda mayor reserva, estimada en 19 millones de toneladas; mientras que, en tercer lugar, está Chile, con 9 millones de toneladas. A continuación se ubica Estados Unidos, con 6,8 millones, por delante de Australia, con 6,3 millones y China, 4,5 millones.

¿Qué es el litio y por qué es tan valioso?

El litio es un metal alcalino, considerado el elemento sólido más ligero que existe. Una de sus características más llamativas es que resulta un gran conductor de electricidad y calor. Por su alto potencial electroquímico es ideal para la elaboración de baterías eléctricas, conocidas como baterías Li-Ion.

La comercialización del litio para el desarrollo de las baterías se produce, por lo general, en forma de carbonato de litio. No obstante, en el caso de otros usos industriales, también se emplea el óxido de litio o cloruro de litio.

El litio se encuentra en tres tipos de depósitos. El más rentable para su extracción es el de salmueras, que son salares formados con agua de lluvia. Además, también está en pegmatitas que son rocas de grano grueso y en rocas sedimentarias.

¿Cómo se extrae el litio?

Para extraer el litio de la salmuera es imprescindible dejarla al sol. Las cifras indican cuán complicado es el proceso: para obtener una tonelada de litio es necesario evaporar 500 000 litros de agua. Después hay que emplear más de 30 000 litros de agua dulce para lograr el carbonato de litio.

Un solo auto eléctrico de Tesla consume 45 kilogramos de carbonato de litio. El precio del carbonato de litio ha tenido fuertes oscilaciones. En 2018 la tonelada llegó a venderse a 16 500 dólares, sin embargo, en agosto de este año su precio era inferior a 7000 dólares.

De acuerdo con los expertos, hasta el 58% del litio en el mundo está en los salares de salmuera; mientras que un 26% se encuentra en las pegmatitas, apenas un 7% en arcillas y la última parte está depositada en el mar.

Para extraer el litio de la salmuera es imprescindible dejarla al sol.

Para extraer el litio de la salmuera es imprescindible dejarla al sol.

¿Para qué se usa el litio?

Casi el 40% de todo el litio que se extrae es para la fabricación de baterías. El 30% se emplea en la fabricación de vidrios y cerámicas, el 8% es para lubricantes y grasas, 5% en la industria metalúrgica, 5% en el desarrollo de polímeros, 3% para el tratamiento del aire y el 10% final se dedica a diferentes fines, entre ellos los medicinales.

No obstante, varios análisis han mostrado que, como tendencia, en el próximo lustro hasta el 70% del litio se utilizará para la elaboración de baterías.

China es el mayor consumidor mundial de litio, con 62% del mercado, por delante de Asia, con un 23%, Europa, un 7%, Norteamérica, con un 5%.

Chile es el país que más exporta litio

El “triángulo del litio” se ha convertido en una zona estratégica que tiene un gran interés para los países más poderosos que controlan la economía global. Estados Unidos y China, aunque también Alemania y Corea del Sur, siguen muy de cerca y tratan de influir todo lo que pueden en la situación política de Bolivia, Chile y Argentina.

Los países del “triángulo del litio” han adoptado diferentes estrategias para explotar al preciado mineral. Chile tiene un acuerdo con las dos principales mineras de litio, Albermarle y SQM, para que una parte de esa producción sea vendida a precios preferenciales a inversores extranjeros que decidan instalar fábricas en Chile de partes de baterías eléctricas.

Chile es el país que más exporta litio en el mundo. Entre 2018 y 2019 vendió más de 1640 millones de dólares, 10 veces más que Argentina. La región más rica en este mineral es Antofagasta, cerca del enorme desierto de Atacama.

En Argentina invirtieron los australianos y los estadounidenses

Mientras, Argentina buscar convertirse en un proveedor de los químicos del litio. El país cuenta con plantas en funcionamiento, una con capital australiano y otra con inversión estadounidense. Otras dos plantas están en construcción, en Sal de Vida y Hombre Muerto. Además, en la provincia de Jujuy comenzó la construcción de una planta para elaborar baterías, con una inversión de 60 millones de dólares.

A principios de siglo, Argentina apenas tenía una participación del 1,18% en el mercado del litio. Sin embargo, casi dos décadas después ya cubre casi el 20% de ese mercado, en buena medida por la explotación del salar de Olaroz.

El 40% de todo el litio que se extrae es para la fabricación de baterías

El 40% de todo el litio que se extrae es para la fabricación de baterías

Bolivia depende y apuesta al oro blanco

El nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, pondría en marcha nuevamente el plan para convertir el Salar de Uyuni en el principal centro productor mundial del litio.

La pandemia ha golpeado con mucha fuerza la ciudad de Uyuni, de unos 30 mil habitantes. Esta urbe, ubicada a más de 3600 metros sobre el nivel del mar, depende del turismo, por lo que lleva meses casi paralizada.

La economía boliviana, que durante seis años mostró el mayor crecimiento de Latinoamérica, ha tenido un fuerte retroceso. Las controvertidas políticas que siguió el gobierno de facto, que lideró Janine Añez tras la salida forzada de Evo Morales, unido a la pandemia del coronavirus provocaron un notable descenso del PIB. De acuerdo con el Banco Central de Bolivia, la economía caerá en 2020 un 6,2%; mientras que el Fondo Monetario Internacional es más pesimista y fija la caída en 7,9%.

La insatisfacción popular quedó reflejada en las urnas, donde triunfó Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS). Este hombre fue Ministro de Economía durante el gobierno de Evo Morales, por lo que muchos confían en que el pragmatismo que imperó en su gestión haga resurgir la economía boliviana. Para lograr esto, el litio será esencial. Arce espera lograr hasta 4500 millones de dólares anuales mediante la explotación del litio.

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Bolivia detiene la mayor reserva mundial de litio

Bolivia cuenta con reservas demostradas de 21 millones de toneladas de litio, la mayor parte de ellas situadas en el Salar de Uyuni.

Hasta 2017, el Salar de Uyuni tenía reservas estimadas en 9 millones de toneladas métricas de litio. El 19 de enero de 2019, el gobierno de Evo Morales anunció los resultados de una investigación de la consultora estadounidense SKR donde se demostró que las reservas geológicas del Salar, en realidad, eran de 21 millones de toneladas métricas de litio. Este hallazgo colocó a Bolivia como la mayor reserva mundial del preciado mineral.

El interés por el control del litio es enorme. Evo Morales consideró que lo que sufrió, en octubre de 2019, fue un “golpe del litio”. El líder boliviano denunció que el dinero de empresas poderosas que necesitan el litio estuvo detrás de su salida del poder.

Bolivia administra sus recursos de litio mediante la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB). El país produce y exporta cloruro de potasio y carbonato del litio, pero todavía ni se acerca a explotar al máximo todos los recursos con que cuenta. Por el momento está en operaciones una planta que produce 6000 unidades de baterías al año y espera alcanzar las 20 000 piezas anuales.

El plan de Evo con el litio que retomará Luis Arce

Durante el mandato de Evo Morales se trazó un plan que contemplaba, hasta 2030, la construcción de 41 plantas procesadoras de litio, ubicadas en Potosí y en el departamento de Oruro.

Ocho de esas plantas las construiría la empresa china Xinjiang Tbea Group-Baocheng. Cuatro estarían ubicadas en el Salar de Uyuni y tres en los salares de Coipasa y Pastos Grandes. El interés de los consorcios chinos por el litio no es nuevo. En la actualidad, entidades chinas tienen bajo su dominio casi la mitad de la producción global de litio y el 60% de la producción de baterías eléctricas. Para 2025, China necesitará anualmente más de 800 000 toneladas de litio para satisfacer la demanda de los automóviles eléctricos.

Otro de los países que siguió muy de cerca el resultado electoral en Bolivia fue Alemania. En 2018, el gobierno de Morales firmó un acuerdo con la empresa alemana ACI Systems, para explotar el Salar de Uyuni. Luego ese acuerdo quedó sin efecto; sin embargo, ahora las empresas alemanas miran esperanzadas el nuevo escenario.

“Si las compañías alemanas se ajustan a las condiciones, entonces continuaremos la cooperación”, aseguró el presidente Arce en una entrevista con el Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Dudas sobre invertir en litio boliviano

Cuando le preguntaron al presidente boliviano qué pensaba hacer con las propuestas recibidas para invertir en litio en su país, el mandatario fue categórico: «la estrategia para Bolivia y para el mundo, destinada a la explotación e industrialización del metal, estará a cargo del Estado”.

Estas palabras no fueron bien recibidas por las seis empresas multinacionales que habían expresado su interés por invertir en litio boliviano, un proceso que se consideró de gran importancia, pues este metal es materia prima esencial para la fabricación de baterías.

De acuerdo con especialistas, las compañías habían evaluado la relevancia de invertir en litio boliviano, pues esa nación sudamericana posee un aproximado de 100 millones de toneladas métricas, equivalentes al 70% de las reservas mundiales del metal. Le siguen Chile, con 30 millones de toneladas, Argentina, con dos y el resto del mundo apenas llega a siete millones de toneladas métricas.

En la actualidad se consumen muchas baterías, pues estas se emplean en los teléfonos móviles y otros dispositivos móviles. Incluso, al invertir en litio se estaría colocando dinero en el que es considerado, por expertos, un posible sustituto del petróleo como fuente de energía principal para mover a los vehículos eléctricos.

El sitio que había sido elegido para invertir en litio boliviano era “Sala de Uyuni”, de una extensión superior a los 10 mil kilómetros cuadrados y valorado como la principal reserva del mundo. Está localizado cerca de las ya agotadas minas de Potosí, de la que se extrajeron, siglos atrás, miles de tonelada de plata.

Entre las empresas que pretendían invertir en litio boliviano estaban las surcoreanas Kores y LG; las japonesas Sumitomo y Mitsubishi; la china Citic Guoan y también la francesa Bolloré. Las esperanzas surcoreanas de invertir en litio crecieron, luego de la firma en Seúl de un memorando de entendimiento para invertir en litio; sin embargo, el Gobierno boliviano, luego agregó que eso no significaba una concesión a compañías privadas.

Politica gobernativa expanta multinacionales

La estrategia dek Gobierno parece haber cambiado y ahora será el Estado quien más pueda invertir en litio, aproximadamente 900 millones de dólares, que fueron distribuidos en 3 fases hasta 2014. Durante los siguientes 4 años el Estado se encargó de explotar los yacimientos y solo evaluará la posibilidad de abrir las puertas para invertir en litio cuando se alcanzara la fase de la fabricación de las baterías.

No obstante, ni siquiera esta fase de invertir en litio parece segura, pues el gobierno evalúa la posibilidad de comprarle a un socio extranjero la tecnología para ellos mismos producir las baterías.

Los especialistas consideraron que esta estrategia era errada y que Bolivia no debería cerrar los caminos para invertir en litio, pues el Estado ya había probado ser incapaz de poner en funcionamiento una planta piloto en Uyuni.

Otros coincidieron con este criterio sobre invertir en litio boliviano y también explicaron que el Estado daba pasos equivocados, porque no era una cuestión de perder soberanía, como aducía el presidente Morales, sino que el mundo moderno demandaba la relación con empresas extranjeras, que supieran exactamente qué hacer al invertir en litio.

Triangulo del litio peligra por competencia de litio liquido

Hace más de un siglo, en el año 1864, se descubrió en Reino Unido, Cornualles. Una fuente termal de casi 450 metros bajo tierra. El descubrimiento sucedió en Wheal Clifford, una mina de cobre en las afueras de la ciudad minera de Redruth.

Las primeras muestras fueron recogidas en botellas de vidrio, siendo así sumergidas en las burbujeantes aguas, se sellaron cautelosamente y se enviaron a analizar.

El descubrimiento dio como resultado a una enorme cantidad de litio: entre 8 y 10 veces más por cada galón, mucho más de lo encontrado en cualquier fuente termal estudiada con anterioridad, lo que hizo sospechar a los científicos de tener un gran valor comercial en este mineral.

Litio elemento clave para la transición a la energía limpia

Para la Inglaterra del siglo XIX no existía la necesidad de explotar el mineral. Esta agua rica en litio a 50°C pasó desapercibida por más de 150 años, hasta el otoño de 2020, que fue cuando se confirmó que un sitio a los alrededores de Wheal Clifford, en el condado de Cornualles, tiene uno de los niéveles de litio en aguas geométricas más grandes del mundo.

En la actualidad, no hay duda del valor comercial tiene el litio por sus múltiples usos. El litio no solo se utiliza para fabricar smartphones o computadoras portátiles, sino que también se ha convertido en un elemento clave para la transición a la energía limpia. Las baterías usadas por los vehículos eléctricos utilizan el litio como elemento esencial, porque este sirve para almacenar la energía que producen fuentes renovables.