La historia de Geraldo Alckmin el compañero de fórmula de Luiz Inácio Lula da Silva para disputar las elecciones presidenciales comienza con un médico
Geraldo Alckmin es originario de un pequeño municipio y se convirtió en alcalde. Pausado, discreto, moderado y alejado, según sus propias palabras, de los espectáculos de la política –»no soy un showman», comentó–. Este histórico político también es considerado aburrido y sin carisma.
Nació en 1952 en Pindamonhangaba, en el norte de São Paulo. La pérdida de su madre por una bronquitis cuando tenía 10 años le empujó a estudiar medicina.
El ascenso de Alckmin, ferviente católico conservador, fue trepidante. En 1977, con solo 24 años, se convirtió en el alcalde más joven del país. «No soy hijo de herencia política, ni de una fortuna personal. Vengo de una familia modesta y aprendí mucho del pueblo», explicó en una entrevista.
Durante años ejerció como alcalde mientras trabajaba como médico anestesista. «Me llamaron un sábado por la noche para hacer la anestesia de una cesárea. La paciente estaba despierta durante la cirugía. Yo iba con máscara, gorro. Estaba allí, a la dos de la madrugada, controlando el pulso, la presión. Cuando la paciente se gira y me pregunta: ‘Doctor, ¿cuándo van a colocar la red de alcantarillado?», contó a modo de anécdota.
Su idea era volver a ejercer exclusivamente como médico tras su paso por la alcaldía, pero no fue así. En 1982, fue elegido diputado estatal y se desempeñó después durante dos legislaturas como parlamentario federal.
En 1994, el político Mario Covas ofreció a Alckmin presentarse junto a él como vicegobernador de Sao Paulo, el estado más rico y poblado del país. Vencieron y cuatro años después fueron reelegidos. Covas falleció en 2001 por un cáncer de vejiga y Alckmin asumió el cargo.
En 2006, renunció para postularse a la presidencia de Brasil y perdió por un amplio margen en segunda vuelta frente a Lula. Quien se convirtió en su principal rival político.
Alckmin abandonó este año su bastión político, el PSDB y se afilió en marzo al Partido Socialista Brasileño (PSB). Pero tanto Lula como Alckmin, que presentaron su alianza a principios de este mes, minimizan sus diferencias. Además, anteponen –dicen– la defensa de la democracia frente al autoritarismo de Bolsonaro.