El gigante tecnológico Microsoft se encuentra en una encrucijada después de que el Servicio de Impuestos Internos (IRS) de Estados Unidos le notificara una demanda de pago por 28.900 millones de dólares en impuestos supuestamente eludidos entre 2004 y 2013.

La compañía con sede en Redmond manifestó su rechazo a la demanda y aseguró que apelará el caso, iniciando un proceso legal que podría durar años. Microsoft sostiene que siempre ha cumplido con las leyes impositivas y ha pagado todas sus obligaciones en Estados Unidos y alrededor del mundo.

Las tácticas fiscales sucias de Microsoft

El reclamo coloca bajo la lupa las controversiales tácticas que grandes corporaciones tecnológicas como Microsoft han empleado históricamente para reducir su carga fiscal. En concreto, la demanda apunta a las transferencias realizadas entre las diversas filiales internacionales de la compañía, una práctica común para desviar ganancias a países de baja o nula imposición.

Ya desde la década de 2000 se conocía que Microsoft operaba importantes centros de producción y distribución de software en jurisdicciones como Irlanda, Singapur y Puerto Rico, lo que le permitía canalizar sus utilidades y minimizar sus responsabilidades fiscales ante el gobierno estadounidense.

De hecho, en 2020 un informe de investigación del Center for International Corporate Tax Accountability and Research (CICTAR) reveló en detalle la intrincada red global de filiales y subsidiarias de Microsoft que supuestamente fueron creadas con el propósito de evadir impuestos.

Gigantes tecnológicos en el centro del debate por evasión fiscal

Si bien la empresa ha defendido que cumple con todas las regulaciones impositivas de los países donde tiene actividades, crece la presión pública para que colosos tecnológicos como Microsoft, Apple, Amazon y Google asuman una responsabilidad fiscal acorde a sus abultadas ganancias mundiales.

Por ejemplo, mientras que Microsoft declara un margen de beneficio operativo global superior al 30%, en países como Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda ese margen se reduce drásticamente al 3-5%, lo que genera serias dudas sobre las prácticas contables que estaría empleando la firma.

El reclamo del IRS podría sentar un precedente histórico sobre hasta dónde están dispuestas las autoridades estadounidenses a investigar y regular los complejos entramados fiscales de sus gigantes tecnológicos.