La banca lleva años inmersa en una profunda transformación digital que está cambiando por completo su modelo de negocio. La digitalización de los servicios financieros es ya una realidad que obliga a las entidades bancarias a reinventarse para ser más ágiles y estar siempre a la última en la adopción de las innovaciones tecnológicas.

Este proceso de cambio tan disruptivo requiere la incorporación urgente de perfiles profesionales muy distintos a los tradicionales en el sector. Si antes se buscaban principalmente comerciales y personal de perfil financiero y económico, ahora los bancos necesitan de forma imperiosa talento con habilidades tecnológicas, como desarrolladores, ingenieros informáticos o expertos en análisis de datos y en ciberseguridad.

Dificultades de la banca para atraer al codiciado talento tecnológico

Sin embargo, atraer a estos profesionales tan cotizados se está revelando toda una carrera de obstáculos para la banca. Según un reciente estudio realizado por KPMG y Funcas, el 60% de las entidades financieras españolas admite tener serias dificultades para lograr la captación de perfiles tecnológicos, cuya demanda supera ampliamente a la oferta disponible.

Y es que la escasez de talento digital no es un reto exclusivo del sector financiero, sino que se trata de un fenómeno global. La vertiginosa transformación tecnológica ha disparado la necesidad de profesionales altamente cualificados en áreas como el desarrollo de software, la ciencia de datos, la inteligencia artificial o la ciberseguridad en todos los sectores.

La limitada capacidad de formación de las universidades en estas disciplinas tan novedosas no ha podido responder a tiempo a las necesidades del mercado. Por ello, las organizaciones se ven obligadas a librar una dura batalla por hacerse con unos recursos humanos tecnológicos muy preciados.

La banca compite con las ‘big tech’ y las ‘fintech’

A la banca se le complica especialmente esta pugna por el talento digital, ya que compite con sectores que tienen muy buena imagen entre estos profesionales, como las fintech, startups financieras con una propuesta de valor muy disruptiva.

Frente a otros competidores, la banca cuenta con bazas interesantes para resultar atractiva a los profesionales tecnológicos, como la estabilidad laboral, las buenas condiciones salariales y de conciliación o las posibilidades de proyección profesional.

El sector debe esforzarse por comunicar al talento que valora estas ventajas competitivas. Pero también necesita adaptarse a las nuevas demandas de unos empleados que buscan entornos de trabajo más flexibles, oportunidades de formación y de desarrollo profesional constante.

Perfiles tecnológicos imprescindibles para la banca

 

Dentro de la variedad de perfiles tecnológicos que demanda la banca, destacan especialmente los desarrolladores de software y los arquitectos de sistemas, que diseñan las aplicaciones y arquitecturas digitales que sustentan la operativa de los bancos.

También son muy apreciados los ingenieros de datos y científicos de datos, que extraen insights de negocio críticos mediante técnicas de análisis de grandes volúmenes de información y big data.

Otros roles tecnológicos clave son los expertos en ciberseguridad, fundamentales para proteger los activos de la entidad en un entorno tan sensible como el financiero. Asimismo, se buscan perfiles especializados en inteligencia artificial y machine learning para desarrollar algoritmos que permitan la automatización de procesos y la toma de decisiones basada en datos.

Salarios al alza y relevo generacional

Para atraer y retener el talento joven y digital, otro aspecto crítico de la banca es la competitividad salarial. Se prevé que los sueldos en el sector financiero y bancario suban más de un 3% en 2024, precisamente con el propósito de resultar más atractivos frente a otros sectores.

Además del reto de la captación de perfiles tecnológicos, la banca debe afrontar en los próximos años un profundo cambio generacional, dado el envejecimiento de sus plantillas. Lograr rejuvenecer la fuerza laboral y asegurar el relevo es fundamental para mantenerse a la vanguardia y poder competir con éxito en la era digital.

La supervivencia de la banca en las próximas décadas pasa inexorablemente por ganar la batalla del talento tecnológico. Las entidades que sepan reinventar su propuesta de valor como empleador y adaptarse a las nuevas demandas laborales de los millennials y la Generación Z llevan todas las de ganar.