La batalla por el control del procesamiento de pagos online está en su apogeo. Gigantes como PayPal, Adyen y Stripe compiten ferozmente por dominar este mercado multimillonario.

Bajar los precios, una estrategia para procesar más pagos online

PayPal, con ingresos por 27.500 millones de dólares en 2022, es el mayor jugador. Bajo su nuevo CEO Alex Chriss, la compañía está adoptando una arriesgada estrategia de precios bajos para ganar cuota de mercado; también apostó por crear su propia criptomoneda. A través de su servicio Braintree, PayPal está recortando las comisiones que cobra a negocios por procesar transacciones.

Esta estrategia apunta a competir con Adyen y Stripe, que también han crecido rápidamente en este sector. Adyen domina entre minoristas globales, mientras que Stripe se enfoca en startups digitales, pero ambos también buscan expandirse en Estados Unidos.

Para ello, Adyen está aprovechando su fortaleza con cadenas internacionales para ofrecer sus servicios también a nivel nacional en EE.UU. Mientras tanto, la guerra de precios de PayPal parece haber tomado por sorpresa a su rival europeo, que tuvo resultados decepcionantes el último trimestre.

Riesgos para las empresas al bajar los precios

No obstante, bajar precios conlleva riesgos. Podría desatar una carrera hacia el fondo que afecte los márgenes de todas estas empresas de procesamiento de pagos. Además, PayPal debe lograr que los comercios que usen Braintree también adopten otros servicios más rentables de la compañía.

Otro duro contendiente es Apple Pay, cuyos usuarios mundiales ya superan los 700 millones. En abril, PayPal tuvo que empezar a aceptar Apple Pay ante la creciente demanda. Esto muestra cómo las marcas de pago directo al consumidor también deben competir con gigantes tecnológicos.

A la vez, PayPal enfrenta una demanda antimonopolio en Estados Unidos que lo acusa de prohibir a comercios ofrecer descuentos por usar otros métodos de pago. Esta práctica blindaría su botón de «Comprar con PayPal» de la competencia.

La competencia por controlar los pagos online rápidos es en varios frentes: por la cuota en procesamiento de pagos, tanto con marca como sin marca, y por procesar transacciones de plataformas online como Shopify o eBay, que representan enormes volúmenes.

La desaceleración del comercio electrónico tras la pandemia presiona a estas empresas a mantener su ritmo de crecimiento. Pero con una estrategia agresiva de precios bajos, PayPal busca defender su posición dominante ante la embestida de nuevos jugadores con gran músculo financiero.

Aunque al consumidor final esto le resulte invisible, detrás de cada transacción online se libra una encarnizada pugna entre gigantes tecnológicos. Cada compra con un clic genera una pequeña comisión para el procesador de pagos. Y conseguir una mayor cuota de un pastel multimillonario bien vale una guerra de precios.