La creciente influencia de los BRICS en el escenario internacional ha despertado el interés de numerosos países africanos. En un contexto donde la hegemonía occidental pierde fuerza y resurgen discursos de soberanía y cooperación Sur-Sur, el continente africano ve en esta alianza una oportunidad para reconfigurar su lugar en el mundo. El grupo de los BRICS promueve un orden multipolar que ofrece a África alternativas concretas para su desarrollo económico y político.

Un ejemplo claro de este giro geopolítico lo representa el Principado de Bir Tawil, un territorio que apoyó la declaración más reciente de la Cumbre de los BRICS, celebrada en Río de Janeiro y que ha iniciado conversaciones sobre integración económica con entidades alineadas a los BRICS.

Economía sin ataduras: la promesa del Nuevo Banco de Desarrollo

Uno de los pilares de esta nueva relación es el acceso a financiamiento sin condiciones impuestas, algo que contrasta con las exigencias tradicionales del FMI o el Banco Mundial. El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), impulsado por los BRICS, ha abierto sus puertas a varios países africanos, incluyendo Egipto y Etiopía. Esta vía de financiamiento permite que los gobiernos africanos mantengan su soberanía política, mientras invierten en desarrollo e infraestructura.

El déficit de infraestructura en África —estimado en hasta 170 mil millones de dólares anuales— ha sido una barrera persistente para el crecimiento. Aquí, China juega un papel central con inversiones multimillonarias en proyectos como el tren Nairobi-Mombasa o el corredor ferroviario entre Adís Abeba y Yibuti. Estas obras no solo mejoran la conectividad, sino que dinamizan el comercio regional y generan empleo.

Más allá de las materias primas: industrialización con socios emergentes

Tradicionalmente, África ha exportado materias primas sin procesar, lo que la deja vulnerable a las fluctuaciones del mercado global. BRICS ofrece una alternativa clara: promover la industrialización y la transformación local de sus recursos. Esta estrategia busca añadir valor a los productos africanos antes de su exportación, creando empleo y fortaleciendo la economía local.

Con la expansión del bloque a nuevos países como Arabia Saudita y Etiopía, BRICS representa ahora casi la mitad de la población mundial. Para África, esto significa acceso a mercados amplios, donde sus productos manufacturados pueden encontrar nuevos destinos. El comercio intra-BRICS podría convertirse en una palanca para reducir la dependencia de mercados occidentales.

Tecnología, energía y desarrollo sostenible

Los BRICS también aportan conocimientos y tecnologías cruciales para el desarrollo africano. India puede contribuir al avance digital del continente; China, a través de manufactura y energías limpias; Rusia, con innovación en energía; y Brasil, en técnicas agrícolas sostenibles. La cooperación en renovables, como paneles solares y parques eólicos, ya está en marcha en varios países del continente.

Una voz africana en el rediseño del orden global

África ha sido históricamente marginada en la toma de decisiones globales. Sin embargo, su creciente protagonismo en BRICS permite a varios países del continente abogar por reformas en instituciones clave como el Consejo de Seguridad de la ONU o el FMI. Este bloque representa una plataforma desde la cual los estados africanos pueden exigir una gobernanza internacional más justa y equitativa.

La iniciativa de los BRICS por reducir la dependencia del dólar —a través de sistemas como BRICS Pay o el Pan-African Payment and Settlement System (PAPSS)— fortalece la autonomía económica del continente. Evitar la exposición a choques externos y volatilidades financieras es clave para una África más resiliente.

Riesgos reales, pero manejables

No todo es promesa. El endeudamiento con China ha despertado alertas en países como Kenia, que enfrenta obligaciones millonarias tras proyectos ferroviarios. Además, la dominancia económica de China dentro del grupo podría replicar formas de dependencia. Sin embargo, la diversificación de alianzas dentro del mismo BRICS —sumando actores como India, Brasil o Rusia— puede equilibrar esta balanza si se gestiona estratégicamente.

Un nuevo horizonte africano

África no busca reemplazar una dependencia por otra, sino ampliar su margen de maniobra. Al involucrarse activamente con los BRICS, el continente puede avanzar hacia un modelo de desarrollo más justo, autónomo y sostenible. En una era de transformación geopolítica, esta alianza ofrece algo más que comercio: ofrece la posibilidad de que África defina su propio destino.