Cientos de miles de personas han salido a las calles en lo que se consideran las mayores protestas en Israel en la historia. Los manifestantes se oponen a la reforma judicial que pretende imponer el gobierno de Benjamín Netanyahu. Estos planes buscan limitar el poder de la Corte Suprema para, supuestamente, lograr un balance entre todas ramas gubernamentales. Sin embargo, los críticos alegan que la reforma reducirá la independencia judicial.

Las protestas en Israel se han extendido durante 10 semanas. Pero la intensidad de los manifestantes ha aumentado en días recientes, ya que se acerca la ratificación de la reforma impulsada por el Primer Ministro Netanyahu. El rechazo hacia la medida no ha estado solo en Tel Aviv, la capital, sino que se ha extendido hasta Haifa, al norte del país.

¿Qué quiere lograr Netanyahu con su reforma judicial?

El ultraderechista Netanyahu pretende lograr, con su reforma, una mayor influencia en la elección de los jueces. Al mismo tiempo busca reducir la capacidad de la Corte Suprema de impedir la aprobación de legislaciones que beneficien al poder ejecutivo.

Para los críticos, la reforma representa un ataque a la democracia. En Israel no existe una constitución. Además, el país solo tiene una cámara parlamentaria. En estos momentos, la Knesset (la cámara) está en control total por la coalición de Netanyahu. Entonces, si se limita el poder de la Corte Suprema, el Primer Ministro tendrá las manos libres para aprobar cualquier medida.

Netanyahu es una figura polémica dentro de Israel. Actualmente cumple su sexto mandato como Primer Ministro. Ha tenido el control político durante dos décadas, a pesar de que enfrenta cargos por fraude, abuso de confianza y soborno.

Las protestas en Israel comenzaron desde el momento en que se dio a conocer la propuesta de reforma, a principios de enero. Las encuestas publicadas por medios de comunicación muestran que la reforma no es aceptada por la mayoría de la población. El presidente de Israel, Isaac Herzog, pidió una negociación entre la oposición y el gobierno. Además, el político advirtió que el país se encontraba cerca de un “colapso social y constitucional”.

Para el gobierno, los manifestantes son “anarquistas” y mantiene su intención de aprobar la medida para el 4 de abril. No obstante, la presión contra Netanhayu aumenta. Incluso, los reservistas del Ejército han amenazado con no presentarse al servicio militar, como señal de protesta por la reforma.