El aumento del uso del comercio electrónico por los tarjetahabientes en América Latina y el Caribe se está convirtiendo en una tendencia

Esto según un nuevo análisis realizado por Visa Consulting & Analytics sobre el comercio electrónico en Latinoamérica.. La penetración de las transacciones en línea creció 4 puntos porcentuales en la región en marzo del 2021 en comparación con diciembre del 2020.

«Estos nuevos resultados indican que los pagos digitales y en línea llegaron para quedarse y están experimentando un crecimiento continuo en América Latina y el Caribe». Así comentó Javier Vázquez, jefe regional de Visa Consulting & Analytics para América Latina y el Caribe. Agregó «Podemos ver claramente que los pagos digitales seguros y convenientes están alimentando la recuperación económica regional.

Esto impulsando un cambio en la forma de mover el dinero y llevando a que más personas se integren a la economía formal. Así potenciando la equidad y la inclusión en esta economía digital».  El establecimiento que implemente hoy el comercio electrónico debe aprender sobre criptomonedas y nuevas formas de pago.

Todavía hay muchos obstáculos para las compras online

Para las empresas de Latinoamérica el comercio electrónico es todavía inaccesible en la mayoría de los países. Falta de información y altas comisiones frenan el desarrollo del comercio electrónico en Latinoamérica. Por esto a veces es necesario evaluar la opción offshore, con pasarelas de pago más accesibles. El bufete jurídico Caporaso & Partners ofrece consultoría sobre este tema. Cobrar en línea es hoy el mayor desafío para las empresas que abordan ahora el comercio electrónico, aunque las soluciones son muchas.

En cuanto a los segmentos que registraron el mayor incremento del gasto en línea entre diciembre 2020 y marzo 2021, los servicios financieros lideraron el crecimiento. Este segmento incluye los servicios financieros tradicionales y los llevados a cabo en instituciones no financieras en relación con la provisión de fondos a una cuenta.

También la compra de moneda extranjera o moneda no fiduciaria (como criptomonedas), entre otros. Le siguen las transacciones en el segmento de los servicios profesionales, que incluyen tasaciones, investigación y diseño gráfico, entre otros.  Así como transacciones de bienes digitales, que incluyen compras relacionadas con juegos, aplicaciones, películas, streaming de TV y libros electrónicos.