La detención y posible extradición a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha sido un proceso largo y costoso tanto para el activista como para los gobiernos involucrados. Tras seis años y medio refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, Assange fue finalmente arrestado en abril de 2019. Desde ese entonces ha estado preso en una cárcel de máxima seguridad, en Londres. Pero, ¿cuál ha sido el costo real de este caso?
Gastos de Ecuador con Julian Assange
Ecuador, que le había otorgado asilo diplomático a Assange en 2012, reveló que el costo anual de mantenerlo en la embajada ascendía a 1 millón de dólares. Esta cifra incluía gastos de seguridad, informes de inteligencia y sistemas de vigilancia.
En total, entre 2012 y 2018 Ecuador destinó 5,8 millones de dólares en seguridad para Assange. Además, gastó cerca de 400 mil dólares adicionales en gastos médicos, alimentación y lavandería. El país también desembolsó 300 mil dólares en asesoría legal para el activista en 2012.
Vigilancia policial
Otro costo importante ha sido el despliegue policial para vigilar la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encontraba refugiado Assange. Según datos de la Policía Metropolitana de Londres, el operativo de vigilancia costó más de 10 millones de libras (unos 11,5 millones de euros) hasta 2015.
Defensa legal de Julian Assange
Si bien los abogados de Assange han declarado que trabajan de forma gratuita al considerar que es un caso de violación de derechos humanos, la defensa legal del activista ha requerido una gran inversión de WikiLeaks, la organización fundada por Assange.
WikiLeaks ha dependido principalmente de donaciones anónimas para solventar sus gastos. En 2017, luego de que EEUU bloqueara las donaciones bancarias tradicionales a la organización, WikiLeaks pidió donaciones en bitcoins y llegó a obtener 22 millones de dólares.
Además, cuenta con una línea de merchandising y ha subastado activos digitales para recaudar fondos. Pero sus finanzas no son transparentes, por lo que es difícil estimar cuánto ha destinado a la defensa de su fundador.
Batalla política y judicial
Más allá de los costos económicos, el caso de Assange se ha convertido en una batalla política, judicial y cultural.
Assange está requerido por EEUU bajo cargos de conspiración para infiltrarse en computadoras gubernamentales, un delito que conlleva una pena máxima de 5 años de cárcel. Sin embargo, según analistas, detrás de la persecución judicial existe una motivación geopolítica.
EEUU ha definido a WikiLeaks como un «servicio de inteligencia privado y hostil» y acusa a su fundador de espionaje. Pero tradicionalmente los espías no son extraditados, sino intercambiados.
Expertos señalan que se estaría vulnerando esa tradición legal por razones políticas, debido a que WikiLeaks difundió información que dejó mal parado al gobierno estadounidense.
Libertad de expresión, punto clave en la defensa de Julian Assange
Organizaciones de derechos humanos alegan que enjuiciar a Assange violaría la libertad de expresión, ya que significaría juzgar el acto de publicar información de interés público obtenida por terceros.
Bajo esta perspectiva, la información no puede ser robada y publicarla constituye un acto legítimo. Por ello, consideran vital defender al fundador de WikiLeaks para proteger el derecho a la información y la supervivencia de las democracias.
El resultado final de este complejo caso político aún está por verse.