Un grupo de países está intentando meter las manos sobre las riquezas de la Antártida, con investigaciones secretas

Las riquezas de la Antártida incluyen petróleo y gas, se cree que la región antártica es rica en carbón, plomo, hierro, cromo, cobre, oro, níquel, platino, uranio y plata.

La disminución de los hielos árticos, acelerada por el cambio climático, ha abierto nuevas rutas marítimas y ha revelado accesos a importantes yacimientos minerales, incluyendo un estimado de 30% de las reservas mundiales de gas no explotadas y 13% de petróleo.

Esta situación ha desencadenado un interés internacional creciente en la explotación de estos recursos, lo que ha llevado a una intensificación de las maniobras geopolíticas en la región.

En el caso de la Antártida, la competencia por los recursos se ha intensificado de manera más silenciosa pero igualmente significativa. La rica biodiversidad marina del continente, junto con sus reservas inexploradas de minerales como gas natural y petróleo, lo convierten en un objetivo atractivo para la exploración de materias primas.

Un ejemplo reciente es el descubrimiento en la Antártida de una formación rocosa con potencial para el hallazgo de diamantes, publicado en la revista Nature Communications.

A pesar de que actualmente solo se permite la exploración científica en la Antártida, debido a las restricciones impuestas por el Tratado Antártico y su Protocolo sobre Protección del Medioambiente, la situación podría cambiar en 2048, cuando se revise la moratoria sobre la exploración y explotación de recursos.

marcando presencia en la Antartida

Marcar presencia

Ante esta posibilidad, varios países han aumentado su inversión en investigación antártica y han establecido bases científicas en el continente, no solo con fines de investigación sino también como una manera de marcar presencia y potencialmente reclamar derechos sobre recursos futuros.

China, Brasil, y Chile son algunos de los países que han construido o están en proceso de construir estaciones de investigación en la Antártida. Además, naciones en desarrollo como Colombia, Ecuador y Venezuela han mostrado un creciente interés en participar en la investigación antártica, buscando alianzas científicas y la posibilidad de convertirse en miembros consultivos del Tratado Antártico.

Más allá de los recursos minerales, la Antártida también alberga riquezas biológicas únicas, con especies adaptadas a condiciones extremas que podrían ser clave en la investigación biotecnológica y en aplicaciones comerciales. Sin embargo, la falta de regulaciones específicas para la bioprospección en la Antártida plantea desafíos en cuanto a la distribución de beneficios y la protección de estos frágiles ecosistemas.

La Antártida – denuncia la ALO – se encuentra en un punto crucial, donde el interés por sus recursos naturales y su potencial científico se contrapone a la necesidad de preservar su medioambiente único. El futuro de este continente dependerá de cómo se equilibren estos factores y de las decisiones que se tomen a nivel internacional en los próximos años.