El presidente de Perú Pedro Castillo confirma que siempre se puede agravar una crisis, cae el Primer Ministro y forma nuevo Gabinete

El encargado de liderar el flamante Consejo de ministros de Perú, el legislador Héctor Valer fue removido luego de fuertes críticas. Este llegó al Parlamento de la mano del partido Renovación Popular, para de allí mudarse a Somos Perú-Partido Morado. De allí, a la bancada Perú Democrático… todo en un semestre.

Valer, como se sabe, no ha ocultado su simpatía por convocar una asamblea constituyente y fue investigado en la Comisión de Ética Parlamentaria. Esto por espetarle al legislador Héctor Ventura durante una sesión de la Comisión Agraria “que se ponga una falda”.

Por su parte, la ministra de la Mujer, la parlamentaria Katy Ugarte, ha declarado su postura crítica contra el enfoque de género en el currículo escolar. “Dios creó al hombre y a la mujer, y eso está bien claro, el núcleo familiar no se debe perder de ese punto de vista”. Y “no tenemos por qué a los niños llevarlos por otra situación donde se pierda ese valor familiar”, fueron algunas de sus declaraciones. Así marcando, desde el saque, una clara distancia sobre la gestión y el discurso de su predecesora.

En la misma entrevista, Ugarte cuestionó a la Sunedu por “tener preferencias [hacia] ciertas personas o ‘lobbismos’”. Además, afirmó que la institución necesitaba una “autonomía, pero real”.

Pero Ugarte no es la única integrante del Gabinete con cuestionamientos legales. El nuevo titular del Interior, el policía en retiro Alfonso Chávarry Estrada, tiene una sentencia por abuso de autoridad. También otros dos procesos por delitos tan sugerentes como tráfico ilícito de drogas y contra la administración pública. Chávarry, que es natural de Cajamarca, como el presidente, ha sido, además, el nombre que propició la caída del Gabinete liderado por Mirtha Vásquez. Esto según ha reconocido ella misma dos noches atrás en una entrevista.

Primer ministro de Perú renunció a su cargo en medio de denuncias por violencia machista

El primer ministro de Perú, Héctor Valer, anunció este sábado su “derrota” y puso su cargo a disposición del presidente Pedro Castillo que también está bajo acusación..

Ya el viernes pasado Castillo dejó clara su intención de echarlo. Esto, apenas tres días después de haber jurado el cargo y en medio de un alud de críticas por tener acusaciones de violencia machista.

«Vengo a decir que acepto la derrota», afirmó Valer en una rueda de prensa en el centro histórico de Lima. Asimismo, explicó: «He presentado una carta de puesta a disposición (del cargo) al presidente de la República».

El viernes, Castillo no había dado detalles de qué cargos iba a cambiar en su gabinete. Pero era claro que el único cambio urgente era el de Valer. Esto considerando que el ejecutivo había tomado posesión el martes tras la dimisión de la anterior primera ministra, Mirtha Vásquez.

Vásquez renunció el lunes por la dimisión de su secretario del Interior, Álvaro Guillén. Esto, como parte de un enfrentamiento con Castillo por su aparente negativa a los reclamos de ambos de arremeter contra la mafia de la cúpula policial.

Denuncias por violencia machista

El nombramiento de este abogado penalista y actual congresista desató una lluvia de críticas. Desde instituciones, organismos, gremios privados, medios de comunicación e incluso integrantes del Ejecutivo.

Respecto a las acusaciones, Valer intentó defenderse este sábado asegurando que son falsas y que él ha sido «ametrallado por los periódicos del Perú». A los que acusó de pertenecer a grupos económicos que «a la vez están vinculados a la extrema derecha y la derecha».

También aseguró que cuando deje el cargo se va a «querellar a las personas que mancharon su nombre y dignidad». Entre los que mencionó a un comunicador que, según dijo, también lo vinculó con el narcotráfico. «Esta es la forma como linchan a una persona que no piensa igual que ellos», sentenció Valer, visiblemente enojado.

Pero, pese a la contundencia de su defensa, el oficialismo no ha cerrado filas en torno a Valer. Y de hecho este mismo viernes dos figuras de alto perfil en el gobierno reclamaron su salida.

Lo hicieron por un lado el secretario de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez. Y por otro el canciller César Landa, quien remarcó que «el ejercicio público requiere de funcionarios libres de estas denuncias».